Una de las cualidades por las que se caracteriza el caballo es por su nobleza. En la memoria colectiva, rozando la inmortalidad están: Othar, Bucéfalo, Incitatus... Córdoba sabe mucho de caballos, sobre todo en Caballerizas Reales, donde la lluvia desnuda galopa sobre el tiempo destrabando el pasado. Y si hay una persona que conoce bien este tema es don Rafael Blanco, presidente de Córdoba Ecuestre, que no deja de cosechar éxitos. El mundo del caballo ocupa un destacado lugar en el sector turístico, es cultura, por lo tanto debemos apoyarlo incondicionalmente. Presenciar el espectáculo Pasión y duende del caballo andaluz es una experiencia sensorial inolvidable, casi mística. Magnífica combinación de equitación y flamenco, donde los asistentes quedan obnubilados por la genialidad de los equinos debidamente entrenados, que ciegan por su belleza turbadora. La exigente preparación del espectáculo que constantemente se está reinventando, y la entrega total de jinetes y animales han conseguido que adquiera proyección internacional, y que cada vez se le reconozca más en otros países como Francia, Italia, Rusia, Hungría... por eso empieza a ocupar un lugar privilegiado entre las escuelas ecuestres de Europa. Gracias al esfuerzo y trabajo invertido van creciendo, y han tenido que saltar muchos obstáculos para llegar a donde están. Recientemente Córdoba Ecuestre estuvo participando en Moscú como invitada en el Xl Festival Internacional Spasskaya Tower, y tan buena y positiva ha sido la sintonía entre ambos países que en Cabalcor, la Feria del Caballo de Córdoba la invitada ha sido la Escuela de Equitación del Kremlin, es impresionante verlos en el desarrollo de su exhibición, con saltos, piruetas y acrobacias. Pero Córdoba Ecuestre no es sólo el señor Blanco, hay otros pilares fundamentales que aguantan con firmeza el peso: Javier Gómez, Enrique Lovera, Juan Antonio Merlos, gracias a todos. La candente e inextinguible PASIÓN dibuja rosas sobre las lágrimas. El DUENDE ubica el vocabulario, invade y repara el corazón que se detiene. El CABALLO sostiene la eternidad en su mirada, nos dona un nuevo lenguaje, sobrevivir a la vida... Somos la mitad de una misma e indomable esperanza