Estamos ante uno de los casos más insólitos de estupefacción. Me refiero a unos políticos populistas, aparecidos no hace mucho, encumbrados por algunas poco edificantes cadenas de televisión y subvencionados por países dictatoriales. No hace falta decir a quién me refiero.

Pero lo curioso es que a estos señores no les gusta nada de lo que tenemos y queremos los españoles y que es primordial para el mantenimiento de nuestras libertades y nuestro estado de bienestar. No quieren la Unión Europea, y así lo han manifestado. Están contra la libertad de prensa y son muchas las demostraciones al respecto. Por supuesto, la libertad de enseñanza es algo que hay que combatir para modelar las mentes del futuro a su antojo. Los católicos son gente que les causa pavor, e intentan todo tipo de acciones contra ellos. Dificultan o entorpecen cualquier inversión de progreso y así lo demuestran en las instituciones que alcanzaron el poder. Se manifiestan a favor de trocear nuestro país. Están contra la propiedad privada. Pretenden acabar con nuestros valores y costumbres. En resumen, a estos señores les asquea España y los españoles. Pero nosotros estamos ahitos de vosotros; por favor, coger vuestras maletas, dejadnos en paz e «iros» a vuestra envidiable Venezuela.