Ya ha anunciado el Sr. Sánchez algunas de sus medidas urgentes y estrella, entre ellas, supongo que para contentar al Sr. Soros, la implantación de la eutanasia en España. Ya lo consiguió este personaje en Holanda.

Si bien es cierto que varios países están facilitando la elección del tiempo y el modo en que las personas desean morir, pero en Holanda, capital mundial de la eutanasia, las consecuencias de todo es muy preocupante.

«El precepto de que la vida es valiosa, con independencia de la situación de la salud, está siendo cuestionado como nunca». Académicos y juristas han lanzado una alerta sobre lo que normalmente se conoce como la «pendiente resbaladiza»: que una medida para dar alivio a pacientes terminales se haya extendido para incluir a personas que podrían vivir muchos años, enfermedades como distrofia muscular, demencia senil y jóvenes con enfermedades mentales.

Sin ser alarmista, pero cuando por gobernar se hace lo que haga falta, lo que está pasando me hace reflexionar sobre las tesis que sobre este tema tenían Platón y Adolf Hitler.