Perdóneme que insista, pero nos aferramos increíblemente a dejar esa cultura antigua, llamada “cultura de muerte”; a pesar de estar en una sociedad que se codeará, intuyo muy pronto con otras inteligencias de nuestro universo. Muchas de ellas, viven dentro de la Cultura de la Vida. La que trajo el Hijo de Dios, Jesucristo, nuestro Señor a la Tierra. Quien dijo, “tengo otras ovejas que no son de este redil”. Y no piensen en corto (es decir en Jerusalén) pues el redil al que alude, el Profeta y autor de la vida, es precisamente nuestro planeta Tierra. El cual esta desgraciadamente muy tocado en sus ecosistemas (terrestres, marítimos, fluviales). Y por ello veremos, mejor dicho, sufriremos antes de lo que calculamos, las catastróficas consecuencias (ya iniciadas y perceptibles algunas) por haber roto los tiempos y sus ritmos vitales del desarrollo de nuestro hábitat terrestre. Tanto en su fauna y como en su flora y atmósfera. Desembocando nuestra canica azul (así vista desde el espacio a nuestro planeta Tierra), en un sistema medio-ambiental globalizado incontrolable; reconocido científicamente como “sistema caótico” difícilmente de predecir y anticipar resultados.

Eso por un lado. Y por otro, tras esa enloquecedora y equívoca visión de un “falso progreso” defendiendo una libertad absoluta a ultranza de la persona; incluso por encima de la misma vida, individual o colectivamente, sin someterse a nada ni a nadie..., nos estamos auto-suicidando como civilización. Creando unas leyes abortistas, antihumanas (cuyas cifras totales no tardaremos en conocer), manteniendo una violencia de pareja hasta matarse, que nos llevan a situaciones extremas, viendo el suicidio como una liberación, suicidios que son numerosos. Estas son las terribles secuencias sociales, donde hemos desembocado. Constatando, desgraciadamente, haber regresado muchas de nuestras sociedades (sobre todo las occidentales) a tiempos oscuros de nuestro pasado. Concluyo con esta reflexión, cuyo autor es el Duque de Híjar, comendador de la Orden de Calatrava, y esta dice así: “Ciencia sin Verdad, es ignorancia/ Hombría de bien sin Verdad, es quimera/ Virtud sin Verdad, es hipocresía/ Gobierno sin Verdad, es fantasma/ y Autoridad sin Verdad, es sombra, oscuridad".