Errar es humano, ya se sabe, y todos nos equivocamos a diario. pero sorprende que, con demasiada frecuencia, se produzcan errores en exámenes, como los de la selectividad, y pruebas de oposiciones, que deberían estar cuidados al extremo. Da la impresión de que ya no se puede esperar que nada esté bien hecho, nunca.