Estimada portavoz de Vox del Ayuntamiento de Córdoba, Paula Badanelli:

En respuesta a su artículo del pasado 28 de enero titulado Educar en libertad, me manifiesto totalmente en contra de su postura, pues defiende una medida que solo busca introducir sus tentáculos ideológicos en la enseñanza pública, pues la educación privada ya es afín a sus intereses. En primer lugar, usted no sabe lo que es educar en libertad. Usted desconoce la enseñanza pública y es muy fácil criticar cuando se vive de espaldas a la realidad social, cosa que, por otra parte, es algo muy común entre los políticos que nos representan y, lamentablemente, así nos va.

Como docente le informo que en la escuela pública no se adoctrina ni se comentan necedades como usted ha recogido en su texto. Sus razonamientos son lógicos y funcionaría, si los aplicamos, a los países que usted menciona, como Cuba o Venezuela, donde no hay un Estado de Derecho o no está garantizado el bienestar social. En España afortunadamente, aunque hay muchas cosas que mejorar, no ocurre eso.

La educación pública, como debería saber, es una función a la que acceden personas de cualquier ideología política y religiosa. No así ocurre con los centros educativos privados, donde no se puede acceder sin antes pasar su filtro ideológico.

Por tanto, la educación pública es la única que garantiza la libertad y la igualdad que España necesita, nuestra patria, la de todos. Ni a mí, ni a ninguno de mis compañeros, nos imponen lo que debemos enseñar. Educamos en la libertad y la diversidad. Enseñamos los múltiples caminos que hay en la vida y que somos libres para elegirlos. Por contra, muchos centros privados muestran que en la vida solo hay una trayectoria. ¿Acaso eso es libertad? No hay libertad donde no se enseña a elegir.

El pin parental, aunque respeto su opinión, nunca lo podré compartir. Usted es madre y debe garantizar la educación de sus hijos, pero no imponerles una educación. Usted es propietaria de su patria potestad, mientras garantice sus derechos, hasta la mayoría de edad.

Como docente público no puedo consentir ni quiero esa medida, porque atenta contra la libertad de enseñanza. ¿O no sería censura si a usted le hubiesen prohibido la publicación de su artículo? El pin parental es a la enseñanza lo que la censura a la libertad de expresión.

Los niños deben ser conscientes de la realidad que hay, solo así serán más fuertes, aunque a usted no le guste. Demasiada protección parental, por el contrario, solo trae desprotección. Y solo garantizando la educación libre, habrá libertad, y entonces la educación será educación.

Y si a usted no le gusta, tiene todo el derecho, como recoge la Carta Magna, de llevarse a sus hijos a un centro privado donde les enseñan o adoctrinan a su imagen y semejanza. Pero, por favor, dejen de meterse con la enseñanza pública.

Sé que no compartirá mi opinión, pero yo tampoco la suya. Solo espero que con mi respuesta reflexione qué es lo mejor para todos, para el entendimiento de este país, y no construyendo muros que nos separen.