Dumping es el término que se utiliza para definir la competencia desleal entre empresas que venden por debajo del coste de producción, y que se utiliza también de modo populista en la política para captar votos o «robar» empresas a otros territorios proponiendo reducir o eliminar impuestos. Sin embargo, los efectos de este dumping político-fiscal tiene como consecuencia que las instituciones vean reducidos sus recursos para financiar servicios públicos. El dumping , que por la vía de los hechos se empuja al ciudadano a hacerse seguros médicos privados, planes de pensiones privados, colegios privado-concertados (que acaban conllevando más gastos adicionales que los públicos), residencias privadas para personas mayores, etc. Esta situación afecta a economías domésticas que reducen su nivel económico, sin embargo, el dumping fiscal al otro lado de la línea supone un recorte en derechos humanos, desde menos recursos para mujeres amenazadas por violencia machista, disminución de políticas de integración social donde se abandona en la exclusión absoluta a muchísimas personas, reducción de médicos y planes sanitarios en servicios públicos, etc.

El dumping fiscal puede provocar que en países con niveles de desarrollo y riqueza se produzcan situaciones como las de la India y Brasil, ambos se encuentran entre los diez primeros del mundo con mayor PIB, pero al mismo tiempo tienen altísimos niveles de exclusión social severa.

España es el país de la UE con mayor número de pobres después de Rumanía, a pesar de ser la cuarta economía de la zona euro, algo parecido pasa en Andalucía, la tercera de 17 autonomías en PIB y la segunda más pobre. La reducción en gasto público y políticas fiscales inadecuadas puede provocar un futuro con una pobreza severa como en la India o situaciones extremas como las favelas de Brasil.