El pasado día 1 de este mes, Domingo de Resurrección, se cumplieron 25 años de un acontecimiento que conmocionó a España: la muerte de Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona, abuelo paterno de Don Felipe VI (q.D.g). Todos sabemos que le tocó vivir muchos acontecimientos importantes concernientes a su persona y a España. Hijo y padre de Reyes, que supieron demostrar su gran amor a España. Siempre me he sentido monárquico por convicción y mi sentimiento hacia Don Juan de Borbón ha sido de una fidelidad suprema desde mi posición de ciudadano y mi reconocimiento histórico a su papel dentro de nuestra monarquía. En cierta ocasión fuimos invitados mi esposa y yo a su Residencia de Villa Giralda en Estoril, una modesta residencia sin pretensiones palaciegas, parecido a un cortijo andaluz, de fachada blanca y construcción chata y el entorno ajardinado; no pudimos ir por otras circunstancias. Don Juan de Borbón estuvo siempre muy unido a Sevilla, que se aumentó al casarse con una madrileña criada en Sevilla, Doña Maria de las Mercedes de Borbón y Orleans, que precisamente tiene una estatua ecuestre en un lateral de la Real Maestranza. Su amor a la capital hispalense quedó reflejado en su yate personal y en la casa donde vivirá y crecerá el futuro Rey de España, con el nombre de Giralda. El último viaje que hizo el Conde Barcelona en su vida fue precisamente de Sevilla a la Clínica Universitaria de Navarra, donde falleció. Que Dios guarde la memoria de un gran hombre, que amó intensamente a España. «Por España, todo por España»...