Los acontecimientos del domingo en Cataluña, provocados por los golpistas de su gobierno autonómico, pueden ser evaluados en sus dos vertientes: positiva y negativa: la visión positiva es de los delincuentes que lo promovieron y está en el intento de impedirlo del Gobierno español, sin conseguirlo, y la represión de la justicia y fuerzas del orden estatales, con algunos heridos. El aspecto negativo, es el de todas las personas de bien y respetuosas con la ley y la justicia, que pudieron constatar, una vez más, el desprecio a la ley de unos transgresores que manipulan y engañan al noble pueblo catalán. Yo les pregunto, ¿Cuánto tardaron en enchironar al golpista Tejero? Y conste que éste hizo menos daño al pueblo español que los golpistas catalanes. Triste espectáculo que ofrecimos al mundo por la debilidad de un gobierno y las zancadillas que le ponen los demás partidos políticos. El irresponsable Pedro Sánchez, con su sí pero no, y el comisionado de Maduro, Pablo Iglesias, consciente de que es temido con horror en España, sin otro argumento que el de quitar del gobierno al maricomplejines de Rajoy y así acabar con este gran país que es España.