No, no me he confundido de día, he querido titular este artículo, con dicho encabezado, ya que las elecciones que se celebraron el 28-A pasado la han catalogado como históricas (todavía no sé por qué, pero en fin, ellos sabrán). Con tanta parafernalia en relación con las mismas, me he acordado de la fecha histórica que fue el desembarco de Normandía (Francia), por parte de los aliados en la II Guerra Mundial, y que supuso el comienzo del fin de Hitler. Estas elecciones han sido como cualquier otras, con la única diferencia que había un nuevo partido que entraba en el tablero del juego.

Después del día D, en España, siguen las cosas como se encontraban, ya que pese a que Pedro Sánchez, ha conseguido ganarlas y, ha habido una fuerte caída del PP, gobernar lo va a tener un poco complicado, ya que ni de lejos tiene la mayoría absoluta, a no ser que se juntara con Ciudadanos (hecho este bastante difícil, si nos atenemos a las declaraciones que han efectuado ambos dirigentes). Si se junta con Podemos, no llega, por lo que necesitaría pactar con los independentistas.

Otra opción que tiene el flamante ganador es gobernar en solitario, con apoyos puntuales de otros partidos, pero como todos sabemos y se lo digo yo, por si hay por ahí algún despistado, estos no van a dar un cheque en blanco por su apoyo. Eso lo vamos a ver cuando llegue el momento de la investidura, ¿qué le exigirán los demás partidos para darle su apoyo o por lo menos abstenerse? No quiero pensar mal, pero dice el refrán «piensa mal y acertarás», y no me extrañaría ni un pelo que si Sánchez necesitase el apoyo de los independentistas catalanes (Dios no lo quiera), a los presos políticos después de que la sentencia del juicio del Proceso fuese firme, les concediera el indulto.

Y esto es lo que tenemos, porque aquí tenemos una clase política que, de sentido de Estado, tiene lo que el que suscribe de cura, es decir, que brilla por su ausencia. Porque aquí en este país de pandereta y folclore, priman más los intereses particulares de cada partido que el bienestar del pueblo soberano, que es el que manda, por si no se han enterado estos paniguados. Así que, Pedro Sánchez, te digo desde estas líneas que te dediques a gobernar y a solucionar de una vez por todas los gravisímos problemas de España, empezando por el conflicto catalán, y te recuerdo que el voto se presta, no se da.