La cultura es algo que concierne a toda la sociedad, sería el patrimonio social de la humanidad. Dentro de sus acepciones destaco el término «cultura popular», que para mí es el más importante, puesto que son los pueblos los que crean, desarrollan, alimentan y mantienen viva la cultura.

Quiero convertir este artículo en una reivindicación y centrarme en un pueblo de nuestra rica provincia, Pedro Abad. Es un mal común de muchos municipios de nuestra geografía el no prestar la atención suficiente a nuestro patrimonio cultural y es muy poco inteligente, por parte de los gobiernos municipales, dejar escapar un recurso tan importante.

Pedro Abad es un municipio que debe ser el referente cultural de nuestra comarca, debido al volumen de vecinos con inquietudes musicales, pictóricas, literarias o de artes escénicas; con una producción en activo de la mano de Francisco Vera, Rosario González, Pedro Rojas, Ángel Polo, Bernardo Sánchez, Miguel Mollejas... Y un largo etcétera. Es de justicia nombrar espacios emblemáticos como la Casa Natal de Santa Rafaela María, la Mezquita Basahat, el Santuario del Santísimo Cristo de los Desamparados, donde a título anecdótico hay que destacar que pernoctó Santa Teresa, la Biblioteca Municipal, donde se exhiben obras escultóricas de Venancio Blanco o el Museo del pintor local Rodrigo Prieto Rojas. Destacar también la excelsa riqueza de su Semana Santa.

Es imperdonable que estos recursos no se estén gestionando como debieran o que no exista una Oficina de Turismo en funcionamiento. Para municipios donde no existe un tejido industrial o comercial extenso (por falta también a mi juicio de compromiso político), el turismo cultural puede ser una fuente para dinamizar la economía, para atraer visitantes (aprovechando muestra proximidad a la autovía A4), desarrollar programas culturales, confeccionar paquetes turísticos... Somos un pueblo de gigantes en manos de gestores con cortedad de miras. La confianza en el futuro es la esperanza para un pueblo que tiene mucha historia que contar.