Son los que asistieron a las manifestaciones del 10-02-2019. Y además fachas y de mierda. Es lo que dicen los muy demócratas, defensores de una peculiar libertad de expresión, pero para ellos, no para los demás. Esas y otras expresiones dan hasta vergüenza ajena oírlas por proceder de donde vienen, unas de una señora que cambió su apellido artístico por una letra del alfabeto (esperamos que no entienda por ello «analfabeta»), pero que la hubiera quedado mucho mejor denominarse, por ejemplo, Sánchez-Calvo, y otras, de un personaje que al pasar deja un tufillo especial sobre cosas no muy claras de la Ley de Costas y su modesta vivienda en Lugo, así como curiosos encuentros en gasolineras, por supuesto, falsos o fortuitos, mientras, quizá, tras haber hecho correctamente su trabajo algunos fontaneros, el personaje, ufano, afirmaba «no habrá pruebas ni las habrá». Lo que está por ver es si esos cuatro gatos fachas de mierdas harán sus necesidades mayores en el bonito rostro de algunos tras las próximas elecciones