Algunos políticos creen tener el derecho de criminalizar las creencias privadas y las públicas, simplemente, porque no va con ellos. Es el caso de la señora Carmen Flores, alcaldesa de Aguilar de la Frontera (Córdoba), perteneciente a Izquierda Unida.

Derribar no cuesta mucho, simplemente pisotear la libertad y eso es tan sencillo como ignorar a los demás conciudadanos.

Derribar, señora alcaldesa, Carmen Flores, no da de comer, ni amplia la cultura, ni hace más grandes las plazas de los pueblos, en las que se convive en libertad, sin cerrojos históricos, ya oxidados.

Derribar la Cruz del Convento de las Hermanas Descalzas es pisotear con insolencia el derecho, la libertad y la vida de esas hermanas, dedicadas al servicio de la caridad ajena, esa que usted no ofrece, sino que la vende a cambio de prebendas y alabanzas.

Señora alcaldesa, Carmen Flores, las ideas no conducen a la cárcel y en su caso ni al confesonario... pero los actos si merecen ser juzgados con rigor democrático.

Que ese Dios al que usted parece ignorar y, además, desea derribar, perdone su insolencia, perdone su ignorante soberbia y le siente en el banquillo sereno de la justicia.

Ángel Alonso Pachón (El Zorba) Getafe (Madrid)