Ya ha acabado el congreso-fiesta de la casta del PP para elegir a su presidente. Los congresos de la casta siempre son una gran fiesta, risas, aplausos, abrazos, felicitaciones, signos de la victoria, etc. ¡La felicidad! Porque en los partidos, unos quedan más colocados que otros, pero todos quedan privilegiados, al margen y por encima del pueblo. Pueblo que por contra siempre queda igual de descolocado y que paga, sufre y padece. ¡La desgracia! ¿Tendrá cada pueblo lo que se merece?