No puede hacerlo sola. El 30 de noviembre se cumplió un año de la aprobación de Acuerdo de paz entre Gobierno y FARC que debería poner fin a más de 50 años de conflicto. Los profesionales humanitarios, que trabajamos aliviando el sufrimiento de niños, mujeres y hombres en la mayoría de guerras del mundo, sabemos que la paz no se construye solo con un papel firmado. Que lleva tiempo reconciliar, reconstruir, pasar de una economía de guerra en las comunidades a una de paz... Los retos que tiene por delante Colombia son enormes, sobre todo en las zonas rurales que llevaban años sin presencia del Estado y adonde todavía no han llegado los servicios básicos. Sigue el goteo de personas que huyen de la violencia porque nuevos grupos armados tratan de ocupar el espacio dejado por la guerrilla. La comunidad internacional no puede retirar su apoyo alegando que el asunto está zanjado. Queda mucho por andar.