Qué lástima, ahora que me había acostumbrado al confinamiento y a estar en alerta permanente, llega el 'doctor Trolas' y anuncia un plan de desescalada, “mucho mejor y más estudiado” que el resto de los países europeos. ¡Que se note que “España es diferente”, como en la época de Franco! Eso sí, los españoles tendremos muchas más garantías que el resto de los europeos de que cuando salgamos del todo de nuestro confinamiento, vamos a estar más sanos que nadie. Pues no en balde estamos en el puesto número 8 del mundo en la realización de test a los ciudadanos, según el gobierno, por mucho que los 'torpes'” de la OCDE digan que estamos en el 17. Al fin y al cabo, como diría Pujol, -sobre el informe de la policía que sacó sus trapos sucios-, “Quien coño es la OCDE”. Pero lo más importante y lo que más les interesa a los españoles, ¡dejémonos de historias!, es cuando nos podremos tomar unas cañas en nuestras tabernas favoritas. Y ahí el “doctor Trolas” ha demostrado que no en vano le dieron el cum laude en una tesis doctoral, lo de menos es que fuera un plagio. El presidente del gobierno, mirando por la sanidad y seguridad de los españoles, ¡por supuesto!, ha propuesto, (mejor dicho, impuesto), que esas cañas se tomen “escalonadamente”. No, no significa que se tome primero una caña, después dos, luego tres y así sucesivamente, hasta que nos salga cerveza por las orejas, como ha querido interpretar más de un consumidor a destajo. Significa que se empezará por las terrazas, y poco a poco los bares irán permitiendo parroquianos dentro del local. Por supuesto nada de en la barra, sentado se está más cómodo, y a una distancia de dos metros de tus amigos trasegadores. Habida cuenta que a partir del próximo 11 de mayo nos lanzaremos a los bares como desesperados y que se limitará el aforo de los mismos, no estaría de más reservar las cañas. Yo ya he pedido cita previa en mi taberna favorita para tomarme, “escalonadamente”, un medio de Montilla-Moriles. ¡Viva España y sus bares!