La feria es la feria, no un palacio, y tiene incomodidades que son parte de su gracia, ya lo sabemos. Pero hace ya 25 años que está en El Arenal y todavía no se han encontrado soluciones, con árboles de sombra, toldos u otras ideas para rebajar el calor insufrible del Real, y no digamos de la Calle del Infierno. Muchas casetas tienen aire acondicionado, pero pasear, que es uno de los grandes disfrutes de una feria, es tarea imposible durante el día. Da pena ver a los caballos resoplando medio asfixiados. Entrar en la feria estos días es como ir por una de esas calles polvorientas de las películas del Far West.