El 1 de octubre Diario CÓRDOBA publicó un noticia sobre el «acoso y hostigamiento» a mujeres y profesionales en centros acreditados en España para la «interrupción del embarazo». En Córdoba existe uno de esos centros donde, tres días a la semana, se realizan abortos a mujeres que allí acuden; algunas, suponemos de forma privada, pero otras son derivadas desde su centro de salud, lo que implica que todos los contribuyentes a la Seguridad Social, partidarios o no del aborto provocado, lo costeamos. Desde abril, un grupo de personas pertenecientes a la Plataforma Córdoba por el Derecho a la Vida decidimos ir a dicho centro movidos por la intención de salvar la vida de esos niños que están en el vientre de sus madres en las primeras fases del desarrollo, pero que, desde el día 18, ya les late el corazón, desde la semana 5 tienen brazos y piernas y desde la semana 9 se chupan el pulgar. Nuestro ofrecimiento a las mujeres siempre ha sido correcto y respetuoso. ¡No podría ser de otra forma, pues nosotros respetamos y valoramos las dos vidas! Porque algunas se sienten desbordadas por problemas económicos, laborales, de soledad y falta de apoyo... Aunque se afirme que acuden voluntariamente, sabemos que muchas tienen su libertad mediatizada por circunstancias adversas. De ahí que necesiten ayudas y alternativas al aborto. Tenemos la certeza de que si hubiera en España más ayudas a la maternidad, muchas mujeres no abortarían. Al acercarnos, le preguntamos «¿Podemos ayudarte?». Y si nos escucha y acepta hablar, le explicamos qué le ofrecemos. Cuando manifiestan falta de medios, contamos con el respaldo de tres asociaciones provida, integradas en la Plataforma, que les proporcionan recursos cuando dan a luz. Siempre demostramos comprensión y afecto hacia la mujer y le comunicamos que no está sola y que queremos y podemos ayudarla. Y nunca juzgamos. Así pues, cualquier acusación de «acoso» es contraria a la realidad. ¡No somos delincuentes! Somos personas que amamos, respetamos y defendemos la vida, el primero de los derechos humanos.