La actriz italiana Asia Argento denunció en su día haber sido víctima de abusos sexuales por parte de un famoso productor de cine. Todo el mundo, y muy especialmente las feministas, se volcaron con la «pobre víctima», convirtiéndola en la líder del movimiento internacional #MeToo. Ahora se demuestra que ella, cuando tenía 37 años, abusó de un menor de edad, al que dio un montón dinero para comprar su silencio. ¿Dónde están las feministas ahora? ¿No tienen nada que decir al respecto? No me cansaré de decirlo: dentro de las malas personas, una mujer mala es mucho peor que un hombre malo. ¡Sí!

Rafael Bueno

Córdoba