Los Juegos Deportivos Municipales de Córdoba comenzaron por fin el pasado fin de semana tras 98 días de retraso (tres meses y seis días y una agria polémica desde que empezó a aplazarse su inicio, previsto en un principio para el 16 de noviembre, si nos atenemos a la fecha de comienzo de la temporada anterior.

Los cuatro deportes colectivos (baloncesto, balonmano, fútbol sala y voleibol) dieron el pistoletazo de salida, por lo que pudieron empezar a jugar 6.000 de los 8.000 deportistas inscritos, 2.640 en fútbol sala, 1.950 en baloncesto, 1.164 en voleibol y 286 en balonmano. Unos 210 partidos tuvieron lugar en la primera de las doce jornadas previstas.

Hacía más de 20 años que no empezaban tan tarde, un retraso que hasta le costó el puesto al gerente del Imdeco, Pedro Luque, el pasado 30 de enero. Los continuos reparos puestos por Intervención del Ayuntamiento han provocado que hayan comenzado tan tarde, lo que ha provocado que hasta el propio Imdeco haya pedido disculpas públicamente por este retraso.

Trece deportes

Los Juegos Municipales se desarrollarán en trece deportes, uno menos que la pasada temporada, ya que no habrá pádel, debido a que el nuevo delegado provincial, Octavio Mengual, no ha querido gestionar una competición en la que no pueden participar deportistas federados. Por tanto, la ausencia del pádel ha llegado por un motivo diferente al que ha provocado el largo aplazamiento del inicio de la competición. Ajedrez, atletismo, bádminton, gimnasia rítmica, judo, natación, taekwondo y tenis de mesa serán los otros deportes que se desarrollarán hasta el próximo mes de mayo.

Los días 2 de marzo (bádminton), 9 de marzo (ajedrez, atletismo, natación y tenis de mesa), 16 de marzo (judo) y 23 de marzo (taekwondo y gimnasia rítmica) darán comienzo las modalidades que no arrancaron el pasado viernes, a la espera de conocer la fecha del inicio del tenis.

Las federaciones deportivas y clubs como el Adecor --que colaborará con la organización del fútbol sala-- tendrán que trabajar duro hasta el mes de mayo para dar la competición más digna posible a sus deportistas con tan poco tiempo para desarrollarla.

Al final, lo que verdaderamente importa es que los deportistas y sus técnicos podrán dedicarse al fin a entrenar y jugar los partidos que esperaban impacientes desde hace meses.

La fiesta del deporte base ha comenzado por tanto. Ha llegado por ello el momento de que la atención de todos pase de los despachos a las canchas de juego de los 8.000 deportistas.