Fue la primera decisión que tomó Volodímir Zelenski nada más asumir la presidencia de Ucrania el pasado mayo. Minutos después de jurar el cargo, el humorista anunció la disolución de la Rada (Parlamento unicameral ucraniano) y la convocatoria anticipada de unas elecciones legislativas que debían celebrarse, a más tardar, en otoño. Tras imponerse ante el jefe del Estado saliente Víktor Poroshenko en las presidenciales de abril, el recién llegado a la política ucraniana busca ahora una base de respaldo parlamentario que le permita implementar sus promesas electorales de luchar contra la corrupción y poner fin a la guerra en el este del país sin enfrentarse con el legislativo a las primeras de cambio.

Los cerca de 30 millones de ucranianos convocados hoy a las urnas con toda seguridad concederán una amplia mayoría a Servidor del Pueblo, el partido de reciente creación que precisamente lleva el nombre del programa televisivo que le hizo famoso y que le catapultó hasta el poder.

La principal incógnita reside en el margen del triunfo que obtendrá, en particular, si logrará un número suficiente de parlamentarios que le concedan la mayoría absoluta en la Cámara.

Los sondeos otorgan a la fuerza política presidencial entre el 35% y el 49% de los votos. En el caso de que los números no acaben saliendo, ya cuenta con partidos dispuestos a coaligarse, en concreto Golos, otra fuerza política de reciente creación encabezada por Sviatoslav Bakarchuk, un popular cantante de rock, así como Batkivschina, liderada por la exprimera ministra Yulia Timoshenko, ambos con porcentajes de voto inferiores al 10%. En su empeño de hacer borrón y cuenta nueva con el pasado inmediato del país, el único partido al que Zelenski ha puesto por adelantado una cruz y con el que ha descartado cualquier fórmula de cooperación es con Solidaridad Europea, liderado por Poroshenko, al que las encuestas le conceden entre el 8% y el 11%.

Zelenski busca eliminar todo vestigio de su antecesor y algunas iniciativas destinadas a purgar a funcionarios vinculados al anterior jefe del Estado han suscitado la preocupación de los socios europeos de Kiev. Así, los representantes diplomáticos de la UE han recordado al recién elegido que de ninguna forma el actual traspaso de poder podía «compararse» a lo sucedido durante la Revolución de la Dignidad (Maidán), en la que perdieron la vida decenas de personas y el presidente saliente acabó huyendo a Rusia. Con un conflicto abierto en las regiones del este, que ha causado ya más de 13.000 muertos, el factor ruso va a seguir estando muy presente. Con toda probabilidad, el segundo partido en la Cámara será La Plataforma Opositora por la Vida.