Yulia Skripal se recupera. La hija del exdoble espía ruso Sergei Skripal, que resultó envenenada junto a su padre en la ciudad inglesa de Salisbury, afirma que se siente «cada día más fuerte». La mujer, de 33 años, rompió ayer su silencio tras el ataque a través de un comunicado emitido en su nombre por la policía británica: «Me he despertado hace más de una semana y me alegra poder decir que cada día estoy más fuerte». Tras dar las gracias a los que se ha preocupado por ella y a los médicos que la atienden en el hospital, Yulia define el incidente que ha vivido como «algo desorientador» y pide «privacidad» para ella y su familia durante su periodo de convalecencia.

El mensaje se divulgó horas después de que la televisión rusa emitiera la grabación de una supuesta conversación telefónica entre Yulia y su prima Viktoria, que vive en Rusia. En ese diálogo, de autenticidad no demostrada, Yulia dice que todo va bien y que su padre «descansa en este momento, está dormido». «Todos estamos bien de salud y no hay daños irreparables. Me van a dar el alta pronto. Todo va bien», concluye.

En Londres, el embajador ruso en el Reino Unido, Alexander Yakovenko, ofreció una conferencia de prensa en la que afirmó que su país «nunca ha fabricado Novichok», la sustancia con la que fueron atacados los Skripal. De acuerdo con el diplomático, «la mayor parte de la comunidad mundial» no respalda al Reino Unido, la OTAN y la UE en la acusación de que las autoridades rusas están detrás del ataque de Salisbury.

Su intervención se produjo después de que la organización para la prohibición de armas químicas (OPAQ) rechazara incluir a Rusia en la investigación. Yakovenko pidió «pruebas» y «transparencia», y ratificó que su país no aceptará las conclusiones de la OPAQ. Las relaciones entre el Reino Unido y Rusia se hallan «al nivel más bajo en muchos años», subrayó. La batalla diplomática se desplazaba anoche a la ONU, en una sesión que se anunciaba tensa.