Como auguraban los sondeos, el temor ante la propagación del coronavirus coronavirusha provocado una caída de la participación en la primera vuelta de las elecciones municipales que se celebran este domingo en Francia. Según los datos del Ministerio del Interior, al medio día ha acudido a las urnas el 18,38% del censo, cinco puntos menos que en 2014 (32,16%).

Los electores se ven obligados a respetar estrictas medidas sanitarias en el momento de ejercer el voto. En el interior de los colegios electorales hay además gel hidro alcohólico y prácticamente todos los votantes salen frotándose las manos con el líquido desinfectante.

"No queda otro remedio!", suspira Marianne, de 56 años, en las puertas de su colegio electoral situado cerca del Canal Saint Martin de París. Otra señora lleva guantes de látex y su propio bolígrafo. La jornada transcurre con normalidad, la cadencia es tranquila y la gente respeta sin problemas la distancia preventiva de un metro entre un votante y otro. Una marca en el suelo indica la línea en la que debe aguardar antes de aproximarse a la urna.

“Hay el menor contacto posible, nadie toca nada y en general es todo muy tranquilo”, prosigue Marianne, que hubiera preferido un aplazamiento de las elecciones.

Un votante se protege con un guante en un colegio electoral. AFP / PHILIPEE LOPEZ

Muchos presidentes regionales también habían pedido, sin éxito, al Gobierno posponer los comicios a la vista de que el país se encuentra en la fase 3 de la alerta sanitaria, es decir que el virus circula por todo el territorio, y especialmente después de que el Ejecutivo decretara el cierre de restaurantes, cafés, cines, discotecas y en general todos los establecimientos no esenciales.

El Elíseo mantuvo la postura anunciada el pasado jueves por Emmanuel Macron de seguir adelante con la primera vuelta de los comicios para "garantizar la continuidad de la vida democrática" a pesar de que un colectivo de especialistas sanitarios habían pedido al presidente anularlos para "proteger la salud y la vida de cada uno de nuestros conciudadanos".

"De no hacerlo se expondría todavía más a este peligro, porque no estamos más que al principio de esta epidemia", alertan los expertos en una tribuna publicada en la web Atlantico.

No es la Tercera Guerra Mundial

No es la Tercera Guerra Mundial Matthieu y Olivia, de 35 años y embarazada de seis meses, admiten que la apertura de los colegios electorales en plena pandemia plantea algunas cuestiones pero entienden que se mantenga el escrutinio por la importancia que tiene para el funcionamiento de la sociedad. "No se puede poner al mismo nivel el cierre de restaurantes y el de los colegios electorales", señala Olivia tras haber votado.

Sandrine, de 54 años, cree por su parte que hay más riesgo de contagiarse en los transportes públicos o en la cola de la panadería que yendo a votar. "El Gobierno es un poco incoherente", suspira.

"Tampoco es la Tercera Guerra Mundial!. Solo hay que tener un poco de cuidado y ya está!”, exclama Thierry, de 69 años, firme partidario de mantener las elecciones porque son "una piedra esencial de la democracia".