El exprimer ministro de Francia y candidato a las primarias socialistas Manuel Valls ha articulado este martes su proyecto político en torno a una Francia "fuerte y justa", y a una Europa reformada que acabe con sus crisis de identidad y fortalezca su soberanía.

Tras haber dimitido del Ejecutivo el pasado 5 de diciembre para centrarse en sus aspiraciones presidenciales, en el acto oficial de presentación de sus grandes orientaciones dejó clara su intención de que los franceses recuperen el control de su destino y estén en manos de un país que les defienda.

En 50 páginas y con el lema "Una república fuerte. Una Francia justa", el exnúmero dos del presidente François Hollande no renegó de su pasado, ni de sus orígenes, pero reclamó su derecho a trazar un nuevo camino.

"NO FUE UN MATRIMONIO DE CONVENIENCIA"

"Me casé con Francia a los 20 años de edad. Mi naturalización no fue un matrimonio de conveniencia, sino una pasión", indica al inicio de su programa, en el que reconoce que la guerra civil española y la dictadura de Franco marcaron su adolescencia.

Valls destacó que la primera misión del Estado es proteger a sus ciudadanos frente a la amenaza terrorista, la radicalización islamista o la delincuencia, y propuso 1.000 nuevos puestos de policías y gendarmes cada año.

Entre sus prioridades incluyó la de reafirmar el laicismo del Estado frente al auge de las discriminaciones, del antisemitismo y de los actos contra musulmanes y cristianos, al tiempo que dijo querer reforzar el modelo social y sanitario con un aumento del número de médicos y de profesores.