Los líderes del mundo reunidos en la ciudad inglesa de Portsmouth rindieron ayer homenaje a los soldados de las fuerzas aliadas que hace 75 años participaron en el desembarco de Normandía. El Día D (el día clave) fue la mayor operación militar conjunta por tierra, mar y aire de la historia y precipitó el fin de la Segunda Guerra Mundial y la liberación de Europa del nazismo. Donald Trump, Emmanuel Macron, Angela Merkel y Justin Trudeau, entre un total de 16 mandatarios internacionales, asistieron a una emotiva ceremonia presidida por la reina Isabel II.

La soberana británica, de 93 años, era una adolescente cuando el 6 de junio de 1944 más de 150.000 combatientes aliados iniciaron el desembarco en las costas normandas. Portsmouth, en el sur de Inglaterra, fue el puerto de partida hacia Sword Beach, en suelo francés. Más de 10.000 de aquellos soldados murieron, fueron dados por desaparecidos o resultaron heridos, según el Memorial de Caen. «Cientos de miles de jóvenes soldados, marineros y miembros de las fuerzas de aviación dejaron esta orilla por la causa de la libertad», recordó Isabel II. «Muchos nunca regresaron y el heroísmo, coraje y sacrificio de aquellos que perdieron la vida jamás será olvidado».

Trescientos veteranos, todos ellos nonagenarios, asistieron a la conmemoración y 10 de ellos recibieron una gran ovación de los 60.000 asistentes al acto cuando saludaron desde el escenario. «Estaba aterrado y creo que todos los demás también», recordó el inglés John Jenkins, de 99 años, que desembarcó en Gold Beach. «Nunca olvidas a tus compañeros». A lo largo de una hora se sucedieron los tributos, las canciones y los testimonios. Como las cartas que antes de morir enviaron los soldados a sus seres queridos. La premier Theresa May leyó la del capitán Norman Skinner, del Ejército británico, dirigida a su esposa Gladys y fechada dos días antes de que perdiera la vida. Donald Trump recuperó una oración escrita por Franklin Roosevelt que el entonces presidente americano leyó por la radio a la nación poco antes del Día D. «El enemigo es fuerte. Quizás obligue a retirarse a nuestras fuerzas, pero retornaremos una y otra vez». El presidente Emanuel Macron eligió la misiva de un miembro de la resistencia, Henri Fertet, a sus padres instantes antes de ser ejecutado cuando apenas contaba 16 años. «No tengo miedo, no quiero que me tapen los ojos», decía, pero «es duro morir». La emoción subió de tono acto seguido, cuando el barítono Willard White entonó El canto de los partisanos, en una sublime versión orquestal.

DECLARACIÓN CONJUNTA / Los representantes de los 16 países presentes en el homenaje se comprometieron en una declaración a que «el inimaginable horror de aquellos años no se repita nunca» y a que los sacrificios del pasado no sean en vano ni olvidados jamás.

Las celebraciones continuarán hoy en Francia. Macron y May colocarán la primera piedra de un monumento conmemorativo en honor de los británicos. Será el broche final al mandato de la primera ministra británica, que mañana dimitirá como líder del Partido Conservador. Trump, que también participará en la jornada, dejó ayer el Reino Unido tras su controvertida visita de tres días y puso rumbo a Irlanda. En el aeropuerto de Shannon se reunió con el primer ministro, Leo Varadkar, antes de desplazarse al campo de golf y complejo turístico que posee en el pueblo de Doonbeg, en el condado de Clare, donde pernoctará hasta mañana.