La minicumbre de urgencia de este domingo en Bruselas organizada para “buscar soluciones europeas” al problema del asilo y la inmigración arranca con pocas expectativas de éxito, mucha tensión y duros reproches. Al encuentro asisten finalmente dieciséis jefes de Estado y de Gobierno de la UE, frente a los ocho inicialmente invitados. Entre ellos está el presidente español, Pedro Sánchez, que se estrena en una cita en la UE. También participa el presidente francés, Emmanuel Macron, que este sábado en París se mostró partidario, junto a Sánchez, de crear centros cerrados para inmigrantes, pero no en países terceros sino en Europa.

A su llegada a la cumbre, Sánchez ha afirmado que la propuesta que plantea España junto con Francia y Alemania para crear centros de desembarco cerrados de inmigrantes en suelo europeo es "un punto de partida" para intentar llegar a un acuerdo de toda la UE.

No estarán presentes los mandatarios de los países que conforman el grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, Eslovaquia y República checa), que rechazan cualquier medida de reparto de refugiados obligatoria, y que ven la reunión como una iniciativa organizada para satisfacer exclusivamente los intereses políticos de la cancillera alemana Angela Merkel. Su ejecutivo pende de un hilo debido a las exigencias en política migratoria de su socio en la coalición de gobierno, la CSU, que lidera el ministro de interior, el bávaro Horst Seehofer, y que ha puesto finales de junio como fecha tope para encontrar un acuerdo. Si no hay “consenso europeo” no dejará entrar en Alemania a los refugiados que solicitaron previamente asilo en otro Estado miembro.

Quien sí acudirá a la cita es el italiano Giusseppe Conte, que la semana pasada amenazó con boicotear la reunión si salía adelante un primer borrador de conclusiones filtrado por la Comisión Europea que ponía el acento en la obligación de los refugiados en permanecer en el país de entrada para evitar los movimientos secundarios internos dentro de la UE de los que recela Alemania. El texto, que insistía en las obligaciones del primer país de entrada, hizo estallar en cólera al Gobierno italiano que se negó a aceptar un catálogo de medidas predefinido.

Decisiones en el Consejo Europeo

Una llamada de Merkel calmó la situación pero a cambio de cerrar el encuentro de esta tarde sin conclusiones. Tampoco se espera rueda de prensa final aunque la cita debería empezar a perfilar las líneas de lo que podría ser un acuerdo en el próximo Consejo Europeo del 28 y 29 de junio en Bruselas y, sobre todo, alejar la posibilidad de medidas unilaterales que podrían poner en peligro el futuro del espacio de libre circulación de Schengen.

De momento, hay algunos elementos en los que sí hay coincidencia entre los gobiernos europeos. Para empezar, en el refuerzo del control de las fronteras exteriores multiplicando el personal de las 1.500 personas actuales las 10.000. Además, también hay bastante consenso en la necesidad de aumentar y mejorar los acuerdos con los países terceros de origen o tránsito de los inmigrantes. Lo que genera más controversia son la creación de centros de inmigrantes y, sobre todo, su ubicación.

Centros cerrados en Europa

Macron y Sánchez apostaron este sábado desde París por crear centros cerrados en territorio europeo, financiados por la UE y de acuerdo a los estándares de la Agencia Europea de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) donde acoger a las personas que desembarquen en Europa y hacer la criba entre inmigrantes económicos y solicitantes de asilo.

Los primeros serían devueltos. Los segundos se repartirían entre los Estados miembros de forma voluntaria aunque Macron es partidario de castigar con sanciones económicas a aquellos que se nieguen a cooperar. “No podemos tener países que se benefician masivamente de la solidaridad de la UE y que reivindican masivamente su egoísmo nacional cuando se trata la cuestión migratoria”, advirtió el sábado sin mencionar explícitamente a los países de Visegrado.

Las ideas de París, sin embargo, no ha gustado nada en Roma. “Significaría decirle a Italia: encárgate tú. No es posible”, criticó el líder del Movimiento 5 Estrellas y vicepresidente, Luigi Di Maio. “Si la arrogancia francesa piensa transformar Italia en el campo de refugiados de toda Europa vertiendo algunos euros como propina, se equivoca completamente”, añadió el ministro de interior y líder de la Liga Norte, Matteo Salvini.

Plataformas de desembarco exteriores

De momento la propuesta que está sobre la mesa, y figura en el borrador de conclusiones que ha elaborado el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en base a su intensa ronda de consultas con los mandatarios europeos durante estas últimas semanas es crear plataformas de desembarco de inmigrantes fuera del territorio europeo. La idea es que estos centros sean gestionados por ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones con financiación europea.

El problema: no hay de momento países candidatos firmes (se ha hablado de Túnez y del norte de Africa) a acoger estas “plataformas” ni su legalidad está muy clara. La Comisión Europea apoya la idea pero siempre y cuando no desemboque en “Guantánamos para inmigrantes”. La reunión será la primera de Pedro Sánchez en Bruselas desde que llegó al gobierno y ya ha avanzado que acude con una actitud “constructiva”