"Chernobil ha sido un elemento negativo en la marca de Ucrania; ha llegado el momento de cambiar esto".

Estas palabras, pronunciadas en julio pasado por el flamante presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, van camino de materializarse en breve. Según se acaba de anunciar en Kiev, las autoridades del país planean abrir al turismo la sala de mandos del reactor numero cuatro de la central, donde tuvo lugar la explosión en abril de 1986 que contaminó 50.000 hectáreas de terreno, expuso a millones de personas a elevadas dosis radiación y cuyas terribles consecuencias aún son objeto de estudio hoy en día.

Desde hace tiempo, la visita a la denominada Zona de Exclusión, un area restringida de 30 kilómetros alrededor de la central y unos 2600 kilómetros cuadrados, se ha convertido en una lucrativa actividad para agencias especializadas en Tanaturismo, o turismo de dolor. Por un módico precio de 89 dólares, estas empresas ofrecen, entre otros productos, "12 horas de experiencia inolvidable", según se puede leer en sus páginas web, visitando los alrededores de la central y Pripyat, la población más próxima a las instalaciones atómicas y convertida en una ciudad fantasma tras ser evacuada en los dias posteriores a la deflagración. Sin embargo, la sala de mandos y el interior del reactor, donde la radiación es 40.000 veces superior a la norma, se hallaban tan solo al alcance de investigadores y periodistas tras la obtención de un permiso.

OSADOS VIAJANTES

Aquellos osados viajantes que acepten los riesgos que implica el tour por el interior del sarcófago que cubre la instalación deberan vestir mascarilla, ropas especiales, solo se les permitirá estar en el lugar durante cinco minutos y deberán caminar por sendas especialmente habilitadas. Se les entregarán dosímetros y se les medirá la radiación en diversos momentos de la excursión. Pese a hallarse en un estado total de dejación y haber perdido parte de su instrumental, el lugar es perfectamente reconocible para el gran público, después de haber sido inmortalizado en infinidad de ocasiones por la prensa y en programas de televisión.

La reciente serie televisiva de HBO 'Chernobil' ha incrementado el interés en torno a la tragedia. Hasta septiembre, más de 83.000 personas han visitado la central en tours organizados, una cifra superior en cerca de 10.000 personas a la registrada el año pasado. Además de abrir al gran público el reactor donde se gestó el desastre, las autoridades ucranianas también pretenden acondicionar para el gran público la Zona de Exclusión, estableciendo canales, senderos y puntos de control y levantando las restricciones para la grabación de imágenes, según un decreto firmado por Zelenski.

No obstante, el comportamiento de algunos visitantes haciéndose 'selfies' en lo que fue el escenario de una gran tragedia ya ha motivado las protestas de algunos, entre los que se halla Craig Mazin, el creador de la serie.