Aunque despacio y de forma algo esperpéntica se abre paso la verdad en el caso del pago a la actriz y directora porno Stormy Daniels para silenciar su supuesta relación sexual con Donald Trump. El presidente de Estados Unidos reconoció ayer, finalmente y tras haberlo negado antes, que reembolsó a su abogado personal, Michael Cohen, los 130.000 dólares con que este selló, poco antes de las elecciones de noviembre del 2016, el acuerdo de confidencialidad con Daniels, cuyo nombre no artístico es Stephanie Clifford y que asegura que mantuvo un encuentro sexual con Trump en el 2006 que el presidente niega.

La admisión de Trump llegó vía Twitter. Lo hizo horas después de que en una entrevista en la Fox Rudoph Giuliani, el exfiscal y exalcalde neoyorquino al que Trump recientemente ha sumado a su equipo de abogados, revelara por sorpresa y por primera vez públicamente que Trump reembolsó el pago a Cohen.

Tanto Giuliani como Trump se esforzaron en usar la revelación para tratar de alejar fantasmas legales que rodean a ese pago. Su meta parece ser tratar de desmontar la tesis de que el pago a Daniels (con quien Trump niega haber mantenido el encuentro sexual) pudo representar una violación de las leyes de financiación de campaña. Esa es una de las posibilidades que tiene bajo los focos de la Justicia a Cohen. Así como el abogado, como donante individual, está sujeto a límites en las cantidades que puede aportar a una campaña (límites que habría sopresado estrepitosamente con el pago a Daniels), un candidato puede gastar sin límite en su propia campaña.

Está por ver, no obstante, que Trump y Giuliani vayan a tener éxito. El abogado de Daniels, Michael Avenatti, aprovechó la revelación para denunciar que «Trump mintió descaradamente» y denunciar que «esto no debería ser nunca aceptable en nuestra América». Y la bomba informativa ciertamente dejó en evidencia al presidente.

Hace solo unas semanas, a bordo del Air Force One, Trump respondió con un categórico «no» al periodista que preguntó si sabía que Daniels/Clifford había recibido los 130.000 dólares. También en ese encuentro en la cabina del avión presidencial dijo que no sabía de dónde había sacado Cohen el dinero para el pago.

Cohen, el abogado que está siendo objeto de una investigación federal, queda igualmente en evidencia. Porque en febrero, después de que The Wall Street Journal hubiera revelado por primera vez el pago que realizó a Daniels en octubre del 2016, el abogado aseguró en un comunicado que había usado su propio dinero para ese pago. «Ni la Organización Trump ni la campaña de Trump fueron parte de la transacción con la señorita Clifford y ninguno me reembolsó por el pago, ni directa ni indirectamente», declaró.

Trump y Giuliani dieron muchos detalles sobre el pago. El presidente usó casi todos los caracteres que permite Twitter en tres mensajes para explicar que pagó a Cohen un «anticipo mensual» que «no tenía nada que ver con la campaña» y con el que habría firmado el acuerdo de confidencialidad con Daniels, que definió como «contrato privado entre dos partes». Aseguró también que ese tipo de acuerdos son «muy comunes entre ricos y famosos» e insistió en su denuncia de que la estrella del porno está haciendo «acusaciones falsas y extorsionistas».

Giuliani, por su parte, aseguró en Fox que Trump «no conocía los detalles específicos» del arreglo con Daniels. «Sabía del arreglo general, que Michael (Cohen) se encargaría de cosas como esas, igual que yo me encargo de cosas así con mis clientes», justificó el exprimer edil, que también ha ejercido la abogacía privada. «No les atosigo con cada cosa que surge, son gente ocupada», dijo.