Donald Trump se ha recluido este fin de semana en Camp David con los líderes republicanos para discutir las prioridades de la agenda política en 2018, un año en el que los conservadores tendrán que defender su control de las dos cámaras del Congreso en las legislativas del próximo noviembre.

Esas reuniones deberían haberle servido para desviar la atención del libro que repasa el primer año de su mandato y donde se cuestiona seriamente su salud mental y su preparación para regir el rumbo de Estados Unidos, pero el presidente prefirió seguir alimentando la polémica.

«Yo pasé de ser un empresario de enorme éxito a una estrella de la televisión, a presidente de EEUU en mi primer intento. Me parece que eso no equivale a ser muy inteligente, sino a ser un genio, un genio muy estable», dijo en una de sus secuencias de tuits matutinos.

EL CASO DE ronald REAGAN / Donald Trump culpó a los demócratas y a los «medios generalistas de noticias falsas» de cuestionar su salud repitiendo la misma estrategia que usaron con Ronald Reagan, un presidente que tuvo varios lapsus, apareciendo en ocasiones confundido e incapaz de saber dónde estaba. Cinco años después de dejar la Casa Blanca, a Ronald Reagan le diagnosticaron alzheimer. «A lo largo de mi vida, mis dos grandes virtudes han sido mi estabilidad mental y el hecho de ser muy inteligente», escribió Trump en las redes sociales.

En Fuego y furia, el libro de Michael Wolff que está haciendo furor desde su publicación el viernes y agotado en muchas librerías en menos de 48 horas, el periodista describe a un presidente que repite las mismas frases constantemente, que tiene problemas para reconocer a viejos amigos, que es incapaz de leer más de media página sin distraerse y que tiene problemas de comprensión. Wolff lo ha definido «como un niño» y cree que su libro ayudará a precipitar la caída del presidente.

Donald Trump arremetió con contundencia en la red social Twitter contra Wolff, que ha logrado sacarle de quicio, calificándole de «perdedor total».

«La historia que cuento parece presentar su presidencia de una forma que sugiere que está incapacitado para hacer su trabajo», señaló el autor a la BBC. La idea de que Trump podría estar mentalmente incapacitado para el cargo lleva meses pululando en Washington.