Theresa May obtuvo ayer el respaldo del Gobierno al principio de acuerdo con la UE para el brexit, al término de una dramática jornada que mantuvo al país y a Europa en vilo. La crucial reunión del Consejo de Ministros se prolongó cinco horas, dos más de las previstas en principio, disparando toda clase de rumores.

Diez miembros del equipo de May se oponían al acuerdo, según la cadena Sky news, pero al final aceptaron lo que se les ofrecía, para evitar males mayores. Una vez concluida la reunión, en una breve declaración a la puerta del número 10 de Downing Street, May confirmó el apoyo del gabinete al plan, tras, «un largo, detallado y apasionado debate». La decisión, reconoció la primera ministra, «era difícil, particularmente en lo referente a Irlanda del Norte».

La decisión colectiva «no se tomó a la ligera». El acuerdo, afirmó la líder conservadora, «es el mejor que se podía negociar» y el jueves lo defenderá en una comparecencia en el Parlamento. Hay «días difíciles por delante», reconoció la premier.

May ha salvado el primer escollo, pero los términos del acuerdo han agudizado la crisis política. El hecho de que el borrador contenga disposiciones especiales y específicas para Irlanda del Norte (que seguirá bajo las normas del mercado común), ha provocado la abierta hostilidad de quienes consideran que amenaza la unidad territorial del Reino Unido.

MOCIÓN DE CONFIANZA / Los diputados euroescépticos conservadores, miembros del influyente European Research Group, una asociación integrada por diputados tories eurófobos y liderada por Jacob Rees-Mogg, sopesaban a última hora presentar mismo una moción de confianza contra Theresa May y desafiar su liderazgo, a la vista de que los ministros no han bloqueado el plan. «Si los oficiales no detienen esto, entonces la pobre infantería lo hará», había confiado a la cadena de televisión pública BBC uno de los miembros ante del inicio de la reunión. Durante el turno de preguntas y respuestas en la Cámara de los Comunes habitual cada miércoles, un diputado tory euroescéptico, Peter Bone, acusó a May de «no cumplir con lo que la gente votó», en referéndum. «Hoy está perdiendo el apoyo de muchos diputados conservadores y millones de votantes el país», le advirtió.

IRLANDA, EL ESCOLLO / Otro gran obstáculo para la primera ministra es la oposición rotunda al plan del Partido Democrático del Ulster (DUP), que no aceptará unos términos para Irlanda del Norte diferentes a los del resto del Reino Unido.

Mientras esperaba para poder entrevistarse personalmente con May, su líder, Arlene Foster, acusó a la primera ministra de haberse echado atrás y no cumplir con lo prometido.

Foster dejó claro que «habrá consecuencias», porque «nosotros como unionistas no podemos apoyar un acuerdo que rompe el Reino Unido». Otro de los dirigentes unionistas, Jeffrey Donaldson, advirtió a la primera ministra Theresa May que el acuerdo da munición a los separatistas escoceses. La ministra principal Nicola Sturgeon escocesa, jefa del Partido Nacionalista Escocés (SNP) calificó el acuerdo como, «el peor de los escenarios posibles para Escocia».

Sin mayoría en el Parlamento, May necesita de los 10 votos del DUP para poder gobernar y para sacar adelante el acuerdo sobre el brexit cuando sea votado en las dos Cámaras, muy probablemente en diciembre, antes del receso navideño. De momento no cuenta con los votos suficientes y los laboristas no van a acudir en su ayuda. «Incluso los diputados conservadores dicen que la primera ministra les está dando a elegir entre el peor de todos los mundos, con catastróficas consecuencias», declaró el jefe de la oposición, Jeremy Corbyn, en los Comunes. «¿Cuándo va a reconocer la primera ministra que ninguna de esas opciones son aceptables?», se preguntó el líder de los laboristas británicos.

RECHAZO LABORISTA / El texto del acuerdo fue distribuido entre la clase política y los medios de comunicación a última hora de la noche. Tras la comparecencia en el Parlamento la primera ministra se lanzará una campaña para convencer al país de la conveniencia del resultado de la negociación. El primer ministro de la República de Irlanda, Leo Varadkar, indicó que una cumbre extraordinaria podría tener lugar el 25 de Noviembre en Bruselas, para que los mandatarios europeos den el visto bueno a lo acordado.