La guerra civil en la que están enzarzadas las dos máximas figuras del Partido Nacional Escocés (SNP) pone en peligro el proyecto de una Escocia independiente. La ministra principal, Nicola Sturgeon, se enfrenta a un posible voto de censura y peticiones de dimisión a dos meses de unas elecciones cruciales para el independentismo. Quien ha sido su gran impulsora como ministra principal y líder del SNP, deberá responder hoy a las acusaciones de haber interferido y mentido al Parlamento Escocés en la fallida investigación llevada a cabo contra su predecesor, el exdirigente Alex Salmond, por acoso sexual.

La justicia declaró el pasado año inocente a Salmond, quien se considera víctima de un complot político, encabezado por la que durante años fue su discípula y protegida. Sturgeon niega en redondo las acusaciones y hoy defenderá su comportamiento ante la comisión de diputados escoceses que investiga el fiasco, en una comparecencia de la que depende su futuro político. Nuevos documentos desvelados en los últimos días cuestionan la versión de la ministra principal y han llevado a pedir su dimisión. El drama entre los dos dirigentes más importantes que ha tenido el SNP amenaza el proyecto de un segundo referéndum de independencia.

La disputa arrancó en enero del 2018 cuando dos mujeres, empleadas del Gobierno escocés, acusaron a Salmond de acoso sexual. Se abrió una investigación oficial, que fue declarada un año más tarde ilegal y tendenciosa por el tribunal que juzgaba la demanda. El veredicto obligó a indemnizar a Salmond con 500.000 libras (579.000 euros). La comisión parlamentaria que ahora revisa los fallos cometidos había pedido sin éxito en dos ocasiones los informes del consejo jurídico que recibió en su día el Gobierno y que sólo fueron facilitados tras la amenaza de una moción de censura. Una ocultación intencionada ya que, a pesar de que los asesores legales advirtieron que el Gobierno iba a perder la demanda contra Salmond, Sturgeon decidió seguir adelante.

Violación del código ministerial

La ministra principal deberá responder también sobre la celebración de una reunión en marzo del 2018, durante la cual habría sido informada por primera vez de las acusaciones contra Salmond. Ella afirmó en el Parlamento haber sido advertida algunos días más tarde. La pasada semana, Salmond, que durante más de 20 años fue el hombre más influyente de Escocia, estuvo declarando antes el mismo comité durante seis horas y dijo no tener "ninguna duda de que la ministra principal ha violado el código de conducta ministerial". Si esa es la conclusión final, como también creen los conservadores escoceses, la posición de Sturgeon, que gobierna en minoría, es insostenible.

La crisis interna llega a su apogeo con los sondeos vaticinando una victoria abrumadora por mayoría al SNP en las elecciones autonómicas del próximo 6 de mayo. Un triunfo que debía ser el motor para reclamar un nuevo referéndum de independencia al primer ministro británico, Boris Johnson, quien debe estar frotándose las manos.