Alemania parece abocarse a otra nueva gran coalición. Los delegados del Partido Socialdemócrata (SPD) ha aprobado por amplia mayoría mantener "conversaciones con resultado abierto" con la Unión Demócrata Cristiana (CDU) que lidera la cancillera Angela Merkel. Tras horas de debate, la propuesta presentada por su líder, Martin Schulz, abre la puerta a que se mantenga el diálogo con los conservadores sin señalar un camino concreto.

Reunidos en Berlín en un congreso federal que durará hasta el sábado, la mayoría de los 600 delegados han optado por una vía que aún no descarta otras opciones como apoyar un gobierno de Merkel en minoría o repetir comicios. "No necesitamos gobernar a toda costa, pero tampoco debemos evitar gobernar a toda costa", ha remarcado. Además, Schulz ha sido reelegido líder de los socialdemócratas con un 81,9% de los votos.

Los delegados del SPD han apoyado la propuesta de Schulz después que el comité ejecutivo la aprobase con una única abstención. Con el visto bueno de los delegados se espera que los socialdemócratas se reúnan la semana que viene con los conservadores para una primera toma de contacto. La primera ronda de negociaciones entre ambos se produciría en enero y, de prosperar, el acuerdo debería ser votado por los 440.000 miembros del SPD.

La decisión del SPD supone una salida hacia delante ante la falta de alternativas. Vista su debilidad en las encuestas, un rechazo de los delegados habría herido gravemente a la directiva y podría haber señalado al partido como culpable de unas nuevas elecciones que podría hundirlos aún más y aupar a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

La decisión llega después de dos semanas muy ajetreadas en los despachos de Berlín. Tras el fracaso de las negociaciones para formar un tripartito entre conservadores, liberales y ecologistas, todos los ojos se centraron en Schulz. El SPD, que había reiterado su voluntad de permanecer en la oposición para renovarse tras una debacle electoral que les llevó al 20,5% de los votos, tenía las llaves de la gobernabilidad.

Líneas rojas

Como ha dejado claro Schulz, la reforma de unos "Estados Unidos de Europa" que propone para el 2025 será un tema clave para los socialdemócratas. Evocando a los discursos de principios de año que después desaparecieron en campaña, el líder del SPD ha pedido una Europa "solidaria" y no "de los bancos y las multinacionales". Para ello apuestan por apoyar las propuestas del presidente francés Emmanuel Macron y de la Comisión Europea. En la CDU de Merkel algunas de esas reformas como la compra de eurobonos o la creación de un fondo presupuestario común son vistas con recelo.

Entre las otras líneas rojas marcadas por el SPD, e introducidas por su cúpula para hacer que el cambio de posición sea más fácil de digerir para las bases, figuran cuestiones como la creación de un seguro de salud universal, objetivos climáticos más ambiciosos o la reunificación familiar de los refugiados, tema especialmente espinoso entre los conservadores. Esas condiciones sine qua non contradicen a la CDU, quien pidió una reunión "sin condiciones previas" para el domingo y el lunes.

Partido dividido

A pesar de las advertencias de los conservadores, las líneas rojas marcadas por el SPD suponen puntos clave de su programa que, de ser aprobados, podrían justificar su sacrificio político de cara a su electorado. Aún contando con la aprobación, la luz verde de hoy ha escenificado la división de las bases del partido. El ala más pactista y conservadora del partido presiona por una gran coalición como única vía práctica para impulsar su agenda. El sector joven más idealista, conocido como Jusos, apuesta por el 'no' a toda negociación con Merkel. Schulz, atrapado, ha optado por dejar la puerta abierta. Los pragmáticos han ganado esta primera batalla.

Tras ocho de los últimos 12 años de Gobierno junto a la cancillera el SPD ha perdido casi un 14% de sus electores mientras y 10 millones de votos en los últimos 20 años. "La pérdida de confianza en la política es afecta de manera especial a la socialdemocracia", reconoció Schulz. Las bases más izquierdistas verán otro pacto con Merkel como una estocada definitiva al partido socialdemócrata más antiguo del continente.