Edward Snowden, el extécnico de los servicios secretos de EEUU que ha desvelado sus polémicos programas de espionaje, ha ofrecido en una carta a las autoridades alemanas cooperación para esclarecer todos los detalles de las escuchas norteamericanas. "Cuando se resuelvan las dificultades que rodean mi situación humanitaria, estaré en condiciones de cooperar en la búsqueda responsable de los hechos" que han relatado los medios y aclarar "la verdad y autenticidad de los documentos" publicados, ha indicado el joven informático en el texto, en el que añade: "Decir la verdad no es un crimen".

Copias de esta misiva han sido distribuidas este viernes a la prensa por el parlamentario alemán de los Verdes Hans-Christian Ströbele, que este jueves se entrevistó con Snowden en Moscú y recibió el documento de manos del extécnico para que se lo trasladase al Gobierno de la cancillera, Angela Merkel, a la fiscalía federal y al Parlamento.

"Violaciones de la ley"

Snowden explica en la carta que "en el curso de sus servicios" para la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidenses ha presenciado "violaciones sistemáticas de la ley" por parte del Gobierno estadounidense, que le generaron el "deber moral" de denunciarlas.

"Como resultado de denunciar estas preocupaciones, he afrontado una intensa y sostenida campaña de persecución que me ha obligado a alejarme de mi familia y mi hogar", afirma Snowden.

Aunque califica de "demostrablemente positivo" el efecto de sus revelaciones, Snowden acusa al Gobierno estadounidense de tratar "la disensión como traición" y de intentar "criminalizar el discurso político como delito". "Sin embargo, decir la verdad no es un crimen", apostilla el extécnico de la CIA en la carta.

Respuesta de la sociedad

Snowden se muestra esperanzado por la respuesta de gran parte de la sociedad civil y de muchos gobiernos que han criticado los programas de espionaje masivo de EEUU de las comunicaciones globales y las escuchas dirigidas de líderes mundiales.

Su oferta ha dado un giro a la polémica en Alemania, que en junio se escandalizó por las revelaciones sobre el espionaje masivo de las comunicaciones en su país y la semana pasada recibió con estupefacción que su propia cancillera había sido espiada, posiblemente desde la embajada de EEUU en Berlín.

Berlín, receptivo

El Gobierno alemán se ha mostrado este viernes receptivo, aunque cauteloso, al conocer el mensaje de Snowden. El ministro de Interior, Hans-Peter Friedrich, ha asegurado que el Ejecutivo en Berlín "encontrará la forma de hacer posible esta conversación, una vez que Snowden esté preparado".

Poco después, el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, ha matizado estas declaraciones y las ha enmarcado en los intentos de Berlín por aclarar en detalle "las acusaciones" de que EEUU ha capturado millones de metadatos de comunicaciones en Alemania y que mantuvo pinchado un móvil de Merkel durante años.

"Nuestra postura desde el principio ha sido la de tomarnos muy en serio las informaciones de espionaje a los ciudadanos alemanes y a la canciller y tratamos de cooperar con nuestros socios [norte]americanos para aclarar lo sucedido", indicó Seibert, que recalcó la importancia de las relaciones bilaterales.