Eclipsada por el caos venezolano, la crisis política y económica que azota Nicaragua desde la pasada primavera casi pasa de puntillas entre la actualidad informativa de Latinoamérica. Miles de ciudadanos protestan contra las políticas de Daniel Ortega, que reprime las voces discordantes con la gran crudeza que desvelan los más de 600 muertos y el millar y medio de secuestrados. Muchos nicaragüenses se aventuran al exilio para preservar la vida y poder denunciar los desmanes que sufre su país. De entre todas esas voces cobra protagonismo la de Francisca Ramírez, la Chica, abanderada de la lucha campesina y feminista, que integra la caravana #SOSNicaragua con la que se trata de visibilizar la grave situación del país centroamericano. Esta semana ha hecho escala en el centro La Bonne, en Barcelona.

¿Cómo es la situación en Nicaragua para que usted y otras muchas personas se hayan visto obligadas a exiliarse?

La situación es grave. El movimiento campesino protestó ya en el 2013 contra la concesión para crear el proyecto del canal intraoceánico y el pasado 18 de abril los estudiantes salieron a la calle contra la quema [al parecer intencionada] de la reserva biológica de Indio Maiz, resultando duramente reprimidos y ya con algunos asesinatos. Exigimos justicia y que cese la persecución del régimen dictador de Ortega, que está masacrando a su pueblo. Tras tantos asesinatos, secuestros y persecución no nos quedaba más que tratar de salvar la vida e ir al exilio para seguir denunciando que Ortega es un asesino cruel.

Los focos mediáticos están dando absoluta prioridad a la crisis de Venezuela. ¿Se sienten olvidados por la comunidad internacional?

Sí. Somos un país pequeño y sin petróleo ni mucha que ofrecer. Demandamos ser escuchados. Nos reprimen y encarcelan. No hay libertad de expresión, ni en la calle ni en redes sociales. Muchos periodistas están exiliados. Hay 777 presos politicos en condiciones inhumanas en cárceles donde les torturan. Cada dia hay secuestros, encarcelamientos, asesinatos… Ortega comete crímenes de lesa humanidad y la UE y la OEA son conscientes. Les hemos advertido de que si no se impulsa un mecanismo para una salida pacífica y democrática, las consecuencias serán fatales. O la comunidad internacional no intensifica la presión para la salida inmediata del dictador Ortega o lo lamentará y lo lamentaremos. Es tan deplorable el discurso de muchos países que ven cómo se violan derechos humanos…

La realidad de Nicaragua es el reflejo de una América Latina que, con contadas excepciones está virando decididamente a la derecha.

Nicaragua no lucha por ideologías, ni por la izquierda ni por la derecha, sino por el derecho a vivir como seres humanos. Hay comunidades indígenas desplazadas y asesinadas, en peligro de exterminio por arrebatarle sus recursos naturales, la propiedad de la tierra. Para obtener todo eso, Ortega pasa por encima de los derechos de las personas.

¿Cómo se explica ese giro copernicano de Daniel Ortega, líder de la revolución sandinista y que hoy parece más próximo a la ideología del régimen de Somoza?

En aquellos años, muchos nicaragüenses se hartaron de la dictadura de Somoza, decidieron levantarse y muchos dieron su vida para liberar a esa Nicaragua. Él, que vivió todo aquello ha saboteado todo ese espíritu. Es triste que hoy también muchos nicaragüenses tengan que dar la vida para alcanzar la verdadera democracia. Hoy hay temor a un conflicto armado. Y la comunidad internacional debe saber que si no contribuye a buscar una solución lo antes posible deberá cargar con la tremenda responsabilidad de las consecuencias.

Usted es un referente del pueblo nicaragüense con una trayectoria muy diferente a la de la mayoría de actores políticos. ¿Qué aporta una líder campesina a la escena política?

Nos convertimos en luchadores por los derechos de las personas porque las voces de quienes lo deben de hacer y tienen esa responsabilidad se alejan influenciados por los grandes capitales y por ese Gobierno. Al pueblo no le queda otra que luchar.

¿Cómo se vive el reto del empoderamiento de la mujer en la sociedad nicaragüense?

Las mujeres en Nicaragua hemos tenido un papel fundamental en la lucha por los derechos. Aunque nos tratan de minimizar, luchamos para tener derechos y que se escuche nuestra voz en la toma de decisiones para el destino de nuestra patria. Las mujeres somos muy importantes porque tenemos otra visión, pero el compromiso lo debemos adquirir todos, ciudadanos y ciudadanas.

Otro de sus frentes abiertos es el faraónico proyecto del Canal Interoceánico con el que Ortega prometía sacar de la pobreza al país.

Ortega es especialista en dividir al pueblo de Nicaragua. Nos dijeron que era la salida de la pobreza de Nicaragua, pero no nos dijeron que crearon normativas para realizar una concesión a empresario chino, entregando nuestras tierras . Normativas que nos dejaban indefensos, sin derechos, despojados, expropiados forzosamente. Destruyendo el lago cocibolca y todo el entorno natural para ese propósito económico. Una sola persona no puede decidir por el destino de todos. A los campesinos no nos interesa el dinero si no vamos a tener nuestras tierras, nuestra empresa y nuestra propia madre.

¿Cuál es la situación de los desplazados?

Muchos de nosotros, ente 40.000 y 80.000, estamos en Costa Rica, a la que agradecemos su acogida. Pero también allí la vida es muy difícil bien difícil, sin seguridad, sin alimentación, con hasta 50 personas viviendo bajo el mismo techo. Es una auténtica crisis humanitaria en la que no tenemos una vida digna y aun así no contamos con el apoyo de ACNUR ni de ninguna organización humanitaria que se encargan de los desplazados.