El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, afirmó ayer que «desde hoy Italia comienza a decir no al tráfico de seres humanos» y la «inmigración ilegal», en un mensaje en las redes sociales después de que se difundiera la noticia de que Italia no autorizará el desembarco de un buque con 629 inmigrantes. El barco Aquarius, de la oenegé francesa Sos Méditerranée, espera aún «instrucciones definitivas» por parte de las autoridades italianas o maltesas sobre el puerto al que dirigirse para desembarcar. Así lo comunicó la organización humanitaria, que lleva personal de Médicos sin Fronteras a bordo, en un mensaje en Twitter.

La oenegé aseguró que supieron por los medios de Italia que el nuevo ministro del Interior italiano y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, no autorizará el desembarco en este país. A ellos, explicaron, solo se les comunicó que se dirigieran hacia el norte tras las últimas operaciones de rescate y que se encontraban a la espera de «instrucciones definitivas» sobre el puerto al que dirigirse para el desembarco.

Según informaron los medios italianos, Salvini envió una carta urgente a las autoridades maltesas en la que les reclamaba que dejen que se proceda al desembarco del Aquarius al encontrase a 43 millas de Malta, al tiempo que les informaba de que no permitirá la llegada a los puertos italianos.

El Ministerio del Interior italiano, con el que Efe se puso en contacto en varias ocasiones, indicó que por el momento no existe ninguna disposición oficial. Según el diario Malta Today, ante esta noticia, un portavoz del Gobierno maltés dijo que «el rescate ocurrió en el área de búsqueda y rescate de Libia y fue coordinado por el centro de coordinación de rescate en Roma. Malta no es la autoridad coordinadora y no tiene competencia en este caso».

En el buque Aquarius viajan 123 menores no acompañados, 11 de ellos niños pequeños y siete mujeres embarazadas.