Cuando uno acude a entrevistar a Vladímir Volfovich Zhirinovski, el líder de los ultranacionalistas rusos, sabe que asistirá a un brillante espectáculo donde no escasearán los titulares, aunque, eso sí, previsible. Un reparto de papeles entre él y Vladímir Putin que siempre acaba igual: al lado de los exabruptos del entrevistado, el presidente ruso aparece como una figura moderada, hasta de consenso.

-Cuando Donald Trump triunfó en EEUU, en Rusia muchos se alegraron. Sin embargo, vamos hacia otra guerra fría. ¿Qué ha pasado?

-Nosotros sabíamos que iba a ganar. Lo dije en la BBC, mientras todo el mundo daba por seguro que la presidenta sería Hillary Clinton. Sabíamos que los americanos estaban cansados de la élite actual. Trump hizo declaraciones que nos gustaban. Criticaba a la OTAN, Ucrania no le interesaba, decía que Crimea era rusa… Se diferenciaba mucho de Barack Obama y George W. Bush. Pero si hubiera cumplido con su programa, lo habrían destrozado. No tiene mayoría en la Cámara de Representantes, la fiscalía lo presiona… Por eso, está obligado a seguir la política de la vieja élite.

-Acaba usted de hablar de la OTAN. ¿Es un problema?

-La OTAN es un problema para Europa. En el caso de que haya un enfrentamiento en los países bálticos, en Ucrania, en Moldavia, la OTAN va a reaccionar. A los países no les interesa pertenecer a este club para no tener que defender a otro estado.

-Pero cada vez más países quieren entrar en la OTAN. ¿No será que tienen miedo de Rusia?

-Para ellos, entrar en la OTAN es la condición para entrar en la UE, que es lo que quieren. Ciertos países han recibido miles de millones de euros de la UE. Cuando un país se integra en la OTAN, debe aumentar gastos militares, tener un Ejército potente.

-¿Cree que Rusia puede mantener una carrera armamentística?

-Tenemos dinero suficiente. Que EEUU se vaya del Tratado de Armas de Alcance Intermedio y del START III. Y que comencemos una nueva carrera armamentística. Vamos a reanudar las pruebas nucleares.

-Hablemos de Ucrania. Para Rusia, ¿cuál sería una buena solución?

-El país cada día vive peor y en cinco años se desintegrará. Y entonces podremos hacernos con el control de toda Ucrania. Y se acabó. Los 40 millones de ucranianos están cansados de un régimen vendido. No queda nada allí. Todos se han ido, solo quedan pensionistas, batallones de voluntarios, agentes de aduanas.... Y solo algunos reciben su salario. No han conseguido ser un Estado. Además, quienes allí viven son rusos. Es nuestro territorio.

-¿Qué cree que hará Vladímir Putin?

-Por el momento, esperar. La situación allí cada día es peor. Es probable que el país se desintegre, que haya una guerra civil.

-¿Será Putin de nuevo candidato en las presidenciales?

-Según la Constitución, Putin no puede presentarse por tercera vez. Puede recurrir a Dimitri Medvédev, como antes. Puede que haya una reforma de la Constitución, mediante la cual se incluya en la composición de Rusia a otras entidades ahora fuera, como Abjasia, Osetia y Transnistria. Y este nuevo Estado comenzará desde cero con otro nombre: Confederación Rusa. Todo puede suceder.

-Si cambia la Constitución, ¿qué harán ustedes? Mucha gente los acusa de no ser auténtica oposición.

-Nosotros estamos a favor de limitar los mandatos presidenciales a uno único de cinco años, pero no queremos convertirnos en enemigos de Rusia. Nos diferenciamos del partido oficial en que querríamos que la plaza Roja estuviera limpia y que se enterrara a Lenin. Hay que acabar con los mausoleos: Mao Zedong, Ho Chi Minh... todos tienen las manos manchadas de sangre. Otra diferencia es que estamos a favor de la centralización, sin poderes locales o entidades nacionales.

-¿Y qué haría con las repúblicas exsoviéticas?

-He viajado por toda la URSS y lo que quieren es vivir en un país grande con orden. Las repúblicas de los bolcheviques son innecesarias. En la Rusia zarista no había repúblicas. La democracia está bien para cambiar gobiernos, pero debilita al Estado.

-Usted siempre habla de la vieja élite. ¿Por qué no se va usted?

-Porque no hay cambios. Guennadi Ziugánov, veterano líder comunista, no se va, Putin y Medvédev tampoco. ¿Qué debo hacer yo? Si supiera que mi salida permite la entrada de una nueva generación, mañana mismo me iría. Esto se solucionaría con una ley.

-Hay muchos partidos nacionalistas en Europa ahora. ¿Colaboran de alguna manera con ellos?

-Lo intentamos. Pero en Europa nos temen, pese a tener la misma ideología. El partido Fidesz de Hungría estuvo aquí, pero nada ha resultado de estos encuentros.

-¿Qué piensa usted que Rusia debería hacer con Nicolás Maduro?

-Estoy a favor de defender Venezuela. Allí hemos invertido dinero, está cerca de Cuba, de EEUU. Defendería a Maduro no como persona, sino como poder legal. Y le daría toda la ayuda, incluyendo la militar.

-Pero Venezuela está lejos…

-Sería un ejercicio militar, como hicimos en Siria. Para nosotros, ya no existen las distancias. Tenemos misiles que impactan a miles de kilómetros en 10 minutos, aviones que vuelan a 2.000 kilómetros por hora... No es fácil, pero estamos obligados. En Latinoamérica, todos adoran a Rusia y detestan a EEUU. Hay que enviar a nuestra Armada y a los submarinos.