La portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, Maria Zajárova, ha dedicado duras palabras al ataque estadounidense contra posiciones del régimen sirio en Damasco. "Primero, la primavera árabe testeó al pueblo sirio, después el Estado Islámico, y ahora los cohetes norteamericanos inteligentes", ha escrito en su página de Facebook, en la primera reacción de un responsable de Rusia, principal aliado del régimen de Bashar el Asad.

"La capital de un país soberano, que durante años ha intentado sobrevivir, ha sido atacada; hay que ser anormal para atacar la capital de Siria cuando hay una oportunidad para la paz", ha continuado.

Teorías de la conspiración

Siguiendo las declaraciones de los últimos días de los responsables rusos, que airean enrevesadas teorías de la consipración y aseguran que el ataque químico atribuído a al Asad no es más que un montaje ideado por el Reino Unido para denigrar a Rusia, el presidente del comité de Exteriores del Consejo de la Federación, la cámara alta del Parlamento, Konstantin Kosachev, ha dado a entender que el ataque era un intento de borrar las pruebas de ello.

"Es muy probable que sea un intento decrear complicaciones a la misión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, que acaba de comenzar su trabajo en Duma" (escenario del presunto ataque), ha declarado. Kosachev ha dado a entender que la delegación de Rusia ante la ONU iba a convocar una reunión del Consejo de Seguridad.

Según informa la agencia Interfax, el Ministerio de Defensa ruso ha asegurado que las baterías antiaéreas rusas desplegadas en Siria para proteger las instalaciones militares del Kremlin no han intervenido para repeler el ataque.