El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha señalado este miércoles que Rusia no tiene competencia para decidir si la comunidad internacional envía o no observadores a Ucrania, tal como ha propuesto el presidente estadounidense, Barack Obama.

Lavrov ha señalado que tienen que ser las autoridades ucranianas quienes acepten la presencia de enviados internacionales. Eso sí, el ministro de Exteriores ruso ha recordado que el Gobierno surgido tras el "asaltar el poder" no controla todo el territorio, y por lo tanto las autoridades de Crimea también tendrían que pronunciarse.

Tras reunirse con su homólogo español, José Manuel García-Margallo, en Madrid, Lavrov ha tachado de "compleja" la situación en Ucrania y ha recordado a las potencias occidentales que cualquier solución debe basarse en la "ley" para no dar la sensación de que "alguien puede violar las leyes, incluida la Constitución" y no pasa nada porque puede producirse un efecto "contagio". Lavrov ha acusado a la comunidad internacional de haber alentado lo que Rusia denomina un "asalto armado al poder".

Alerta especial

Lavrov, que concluye con este miércoles una visita de trabajo a España, que le llevó a reunirse el martes con Mariano Rajoy y el Rey, ha subrayado además que Rusia no tienen "ninguna potestad" sobre lo que ha denominado las "fuerzas prorusas" que han entrado en Crimea.

"Los militares rusos están en los lugares de su destino", ha manifestado, para a continuación advertir de que "se han tomado medidas de alerta especial" porque Rusia "no va a permitir derramamiento de sangre alguno ni atentados contra la salud contra los ciudadanos rusos que viven en Ucrania".

Lavrov se desplazará ahora a París, donde prevé, según ha anunciado, entrevistarse con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.

Posición española

Margallo, por su parte, ha explicado que España apoya una solución que pase por el cumplimiento de la legalidad tanto internacional como de la Constitución ucrania, que reestablezca la confianza entre la UE y Rusia y que cree el necesario clima de "reconciliación" en el seno de Ucrania.

Si no se produce la necesaria "desescalada" de la tensión, España apoyaría las sanciones que decidiese imponer la UE, como la suspensión de las conversaciones sobre los visados, pero el Gobierno español confía en que no haya que llegar tan lejos y que "el diálogo y las conversaciones" entre la UE y Rusia sean fructíferas de forma que se llegue a un acuerdo. "Es lo que España desea", ha concluido Margallo.