Cada año más de tres millones de niñas corren el riesgo de sufrir una ablación genital para preservar la feminidad, la pureza, la virginidad, por motivos religiosos o como parte del ritual de su paso a la edad adulta.

"Hay un valor social, cultural, que tiene un significado importantísimo de unión, de cohesión de grupo, de aprendizajes de mujeres, de relaciones de género. Queremos erradicar la Mutilación Genital Femenina (MGF) pero no queremos quitar lo que tiene de bueno la cultura, la pertenencia social", señala la directora de la Fundación Wassu, la Doctora Adriana Kaplan.

RITOS ALTERNATIVOS

La Fundación Wassu inició la práctica de los ritos alternativos en Gambia y, gracias a los buenos resultados, lo han exportado a Kenia y Tanzania. Sin embargo, el trabajo ha sido un camino lento y largo. "Digamos que la iniciación sin mutilación y con el ritual alternativo es la culminación de un proceso de trabajo, de sensibilización, de formación tanto a nivel político, religioso y de profesionales de la salud con el que llevamos trabajando 25 años", explica Kaplan.

Sustituyendo esta práctica por otras a las que confieren un significado parecido consiguen que las tradiciones arraigadas en la cultura africana no se pierdan al eliminar la ablación y que, por tanto, no sea tan difícil de eliminar.