Podría haber sido el mejor regalo de la Navidad pero fue un accidente. Durante la noche del lunes un río de chocolate bañó una de las calles de la localidad alemana de Werl, al oeste del país. Un “pequeño fallo técnico” en un tanque de almacenamiento de la fábrica chocolatera DreiMeister dibujó una imagen digna del Willy Wonka de Roald Dahl.

Sin embargo, esa pintoresca postal navideña se convirtió en un problema después de que la tonelada de chocolate derramada se solidificase en el pavimento. Las bajas temperaturas ayudaron a convertir ese río en una gigante tableta de cacao con leche. Hasta 25 bomberos fueron desplegados en distrito de Westönnen para arrancar el chocolate del suelo, una tarea en la que emplearon palas, agua caliente e incluso antorchas con fuego para derretir la masa.

El defecto técnico ocurrido fue reparado con facilidad mientras que DreiMeister se veía obligada a frenar su producción durante unas horas. Este miércoles la fábrica ha seguido su funcionamiento habitual.

Gracias al cuerpo de bomberos local y a la cooperación de trabajadores de la empresa se limpió la calle Weststrasse y se frenó una complicación que podría haber ido a más. Así lo reconoció el jefe de la compañía, Markus Luckey, que en declaraciones al diario ‘Soester Anzeiger’ aseguró que de haberse producido más cerca de Navidad eso “habría sido una catástrofe”. Quizás los niños de esta localidad no piensan igual.