El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, H.R. McMaster, reconoció este sábado que los tiempos de "paciencia estratégica" con Corea del Norte se han acabado. McMaster anunció que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dará a conocer próximamente una nueva estrategia destinada a aumentar la "influencia" exterior del país. "Pronto el presidente revelará los detalles de su nueva estrategia y puedo decirles que se centrará en proteger nuestro territorio, aumentar nuestra prosperidad, preservar la paz mediante la fuerza y, finalmente, aumentar la influencia estadounidense", dijo McMaster. En consecuencia, "el riesgo de conflicto militar está aumentando cada día", dijo McMaster.

El anuncio es un toque de atención directo al régimen de Pyongyang y al dictador Kim Jong-un y es el complemento de acciones directas de EEUU dirigidas a ampliar la presencia militar estadounidense en la zona.

Defensa de los valores

El teniente general, que tomó la palabra en la quinta edición del Foro Anual Reagan sobre Seguridad, celebrado en Simi Valley (California), se mostró tajante al afirmar que "la era de la paciencia estratégica acabó". De acuerdo con el asesor, la intención del presidente Trump no es basar sus medidas de seguridad nacional en una "ideología rígida", sino en la defensa de la "esencia de los intereses nacionales". Estas palabras contrastan con el discurso defendido habitualmente por el secretario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, quien hasta la fecha ha abogado por encontrar soluciones diplomáticas a la creciente tensión existente entre Estados Unidos y países como Corea del Norte e Irán. Precisamente esa postura conciliadora del responsable de la cartera de Exteriores le ha costado una serie de desencuentros con Trump, quien tuvo que salir al paso de informaciones que apuntaban a la posible destitución de Tillerson.

Cambio de tono

Sin embargo, el hecho de que el asesor de seguridad haya acusado hoy a los regímenes Corea del Norte y Irán de "violar la soberanía de sus vecinos" y de "exportar terror a otras naciones" dista mucho del conciliador discurso habitualmente empleado por Tillerson. El cambio de estrategia al que se ha referido McMaster podría interpretarse como la decisión del mandatario de tomar un nuevo camino en política exterior que le distanciaría de forma definitiva del jefe de la diplomacia estadounidense. El director de la CIA, Mike Pompeo, quien también estuvo presente en el acto celebrado en California y cuyo nombre ha sonado estos días como posible sustituto de Tillerson, adoptó un tono más moderado ante Corea del Norte e Irán que el propio McMaster.

"Creemos que Kim (Jong-un) es un agente racional, pero tememos que no está siendo bien aconsejado por aquellos que le rodean", apuntó Pompeo. Con respecto a Irán, el director de la CIA dijo haber escrito a diversos representantes políticos y militares del país persa para expresarles su preocupación por su "actitud amenazante" en Irak, donde Estados Unidos lidera una coalición internacional que combate a los terroristas del Estado Islámico.

Medidas militares

Si el mensaje general diplomático tiende a endurecerse, las medidas militares concretas apoyan las tesis de McMaster. Seis cazas F-22 Raptor estadounidenses llegaron el sábado a Corea del Sur, donde el lunes empiezan unas maniobras conjuntas que pretenden ser una nueva exhibición de fuerza ante Corea del Norte después de que Pyongyang lanzara durante la semana un nuevo misil. Los aviones participarán en los ejercicios "Vigilant ace" con las fuerzas aéreas surcoreanas, que se desarrollarán entre el 4 y el 8 de diciembre.

Mensaje contundente

Estados Unidos también tiene previsto desplegar cazas F-35 y F-16 e incluso bombarderos estratégicos B-1B, informó la agencia Yonhap. Es la primera vez que EEUU despliega seis F-22 a la vez en la península de Corea, en lo que constituye otro contundente mensaje de advertencia para Pyongyang después de que lanzara el pasado miércoles el misil balístico intercontinental Hwasong-15, su proyectil más sofisticado hasta la fecha, y que pone en el punto de mira militar a Japón, pero también a EEUU.

Ataques simulados

Durante los ejercicios, los aliados simularán ataques sobre falsas instalaciones nucleares surcoreanas y plataformas autopropulsadas como las que usa el régimen de Pyongyang para desplegar sus misiles. Este despliegue, al igual que el de tres portaaviones nucleares de EEUU que se realizó el pasado mes cerca de aguas norcoreanas, se enmarca en el acuerdo refrendado en octubre entre Washington y Seúl para incrementar el "despliegue rotacional" de activos estratégicos estadounidenses en la península coreana.

La mayor tensión

Con todos estos movimientos militares y diplomáticos, EEUU busca presionar a Corea del Norte para que retorne a las negociaciones para abandonar su programa nuclear. Se espera que las maniobras desaten la condena del régimen de Kim Jong-un, que ve estos ejercicios como ensayos para invadir su territorio. La tensión en la península coreana han aumentado hasta niveles inéditos desde el final de la Guerra de Corea (1950-1953).