El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, ha presentado oficialmente esta tarde su dimisión al Presidente de la República, después de que el Parlamento aprobase a una velocidad nunca vista en Roma los presupuestos para 2017 con 173 votos favorables y 108 contrarios. Era la condición que el jefe del Estado, Sergio Mattarella, había impuesto a Renzi el pasado lunes, cuando el primer ministro quería dimitir inmediatamente después de la derrota de su reforma de la Constitución en un referéndum popular. Mattarella comenzará mañana las consultas de rigor con todos los partidos, que podrían durar hasta el fin de semana, con el objetivo de de cara a resolver la crisis.

La solución de la crisis abierta con su dimisión no será inmediata, como dan a entender todas las fuentes oficiales, principalmente porque el país carece de una ley electoral, toda vez que la anterior fue suspendida por el Constitucional y la nueva, que preveía la supresión del Senado, deberá ser retocada según indicaciones del Constitucional que dará el 24 del próximo enero.

Renzi ya ha dicho claramente que su Gabinete debe ser sucedido por otro formado por una coalición de todos los partidos y que, de no ser posible, cabe solo la posibilidad de elecciones anticipadas, que en cualquier caso no serían antes de febrero o marzo. La segunda solución permitiría a Renzi de permanecer como presidente del gobierno en funciones. “Que asuman la responsabilidad (del éxito del referéndum)”, ha dicho Renzi a todos los partidos. La alternativa que ofrece Renzi es elecciones anticipadas inmediatamente después de la sentencia del Constitucional sobre la ley electoral.

Una parte del PD -la minoría izquierdista que votó contra las reformas constitucionales-- y, según diversas filtraciones, también el Presidente de la República, apuntarían a una solución más lenta, con la formación de un nuevo Ejecutivo provisional, que acompañase el país hasta las elecciones anticipadas, que en este caso podrían esperar incluso al final natural de la legislatura, en 2018.