La crisis política y económica que vive Haití precipitó la renuncia del primer ministro Jean-Michel Lapin, el tercer jefe de Gobierno que pierde el cargo en menos de doce meses, y el nombramiento de un tecnócrata desconocido como su sucesor.

Lapin ostentó la jefatura de Gobierno desde el pasado marzo, primero de forma interina y después con la etiqueta de "designado" por el presidente, Jovenel Moise, pero a diferencia de sus antecesores, ni siquiera consiguió ser ratificado en el cargo.

El primer ministro dimisionario tiró la toalla después de tres meses de infructuosas negociaciones para tratar de que el Parlamento aprobara su programa de Gobierno, pero el último intento, el pasado junio, concluyó con una batalla campal en la sede legislativa en la que los senadores se arrojaron sillas, mesas y otros muebles.

Nombran al sucesor

Pocas horas después del anuncio de la salida de Lapin, Moise se apresuró a designar a su sucesor: Fritz William Michel, un alto funcionario del Ministerio de Economía y Finanzas del que muy poco se sabe en las calles y en los círculos políticos de Puerto Príncipe.

Michel ha desempeñado su carrera en los despachos del Ministerio de Economía y Finanzas y ha escalado hasta ser asesor del ministro, pero hasta ahora no había llegado a un puesto de primera línea. El pasado mayo fue propuesto como ministro de Planificación por Lapin, pero no fue ratificado en el cargo porque el Parlamento no llegó a dar el visto bueno al gabinete del jefe de Gobierno dimisionario.

El nombramiento fue anunciado en un escueto mensaje de Twitter de Moise, en el que el presidente afirmó que ha designado a Michel "para hacer frente a las urgencias actuales" que vive el país más pobre de América, que está sumido en una constante inestabilidad desde que se desató una oleada de protestas violentas a mediados de 2018.

Las protestas sociales

Los participantes en esas manifestaciones han pedido de forma creciente la renuncia del presidente Moise, por las sospechas de que pudo beneficiarse de fondos sustraídos de forma ilegal del programa Petrocaribe, por medio del cual Venezuela ha aportado ayudas a varios países de la región de las Antillas.

Las protestas, unidas a la acuciante crisis política y económica, se llevaron por delante al primer ministro Jack Guy Lafontant, que dimitió en julio de 2018; a su sucesor, Jean-Henry Céant, despojado de su cargo en una moción de censura en marzo pasado y ahora se han cobrado el puesto de Lapin.

Lapin fue designado primer ministro en abril pasado, pero fracasó en cuatro ocasiones en su intento de recibir el respaldo del Parlamento, a pesar de que está controlado por los políticos oficialistas. Para bloquear las votaciones, los senadores opositores han destruido mobiliario de las oficinas de la Cámara alta en dos ocasiones.

Quieren la cabeza del presidente

El portavoz del grupo opositor Sector Democratico y Popular, André Michel, dijo a Efe que "la dimisión de Jean Michel Lapin no cambia nada" en la situación política del país. "El nombramiento de Fritz William Michel no va a poder salvar al presidente. El presidente tiene que dimitir y es lo que la oposición política quiere para que el país salga de la crisis", afirmó el portavoz opositor.

El nuevo primer ministro deberá formar un nuevo gabinete y presentar su programa de Gobierno ante el Parlamento, en el que necesita el voto de confianza de ambas cámaras por separado para poder gobernar. Para tratar de facilitar el trámite parlamentario, Moise consultó el nombramiento del nuevo primer ministro con los presidentes del Senado, Carl Murat Cantave, y de la Cámara de Diputados, Gary Bodeau, durante una reunión celebrada en el Palacio Nacional.