No somos Cataluña, que quiere convertirse en el 29 estado de la Unión. Nosotros no...no, por ahora», dice Roberto Maroni, presidente de la región de Lombardía (Milán). Es una de las dos autonomías, junto con el Véneto (Venecia), cuyos ciudadanos estaban llamados ayer a las urnas para votar en dos referéndums que apuntan a pedir mayores transferencias de Roma a los respectivos gobiernos regionales. Ambas regiones producen el 30% del PIB italiano.

Las dos están gobernadas por la Liga Norte, que en tiempos de su fundador, Umberto Bossi, pedía la independencia de «Roma, la ladrona», como afirmaban sus líderes, en referencia a las diferencias fiscales entre lo pagado y lo devuelto. Lombardía, uno de los «motores económicos» de la Unión Europea, lamenta los 54.000 millones de euros de diferencia en las balanzas fiscales. Las dos consultas afectaban a 11 millones de electores.

La pregunta sobre el voto era distinta en las dos regiones. A los vénetos se les pedía genéricamente si quieren que a «la región del Véneto le sean atribuidas formas adicionales y condiciones particulares de autonomía».

Los lombardos tenían que leer una pregunta más larga: «¿Deseáis que la Región de Lombardía, en vistas de su carácter especial, en el marco de la unidad nacional, emprenda las iniciativas institucionales necesarias para exigir al Estado que asigne formas adicionales y condiciones especiales de autonomía, con sus recursos, a los sentidos y efectos... (de tal y tal otro artículo de la Constitución)?» En ninguna de las dos preguntas se especificaban los ámbitos de mayor competencia, por ejemplo fiscal. Si vence el sí y las dos autonomías negocian mayores competencias, estas deberán ser sucesivamente aprobadas por el Parlamento.

En Lombardía no existía un quórum determinado para la validez del resultado, mientras que en el Véneto debían acudir más de 50% de los electores.

Se trata de dos referéndums consultivos, previstos por la Constitución italiana y aprobados por el Tribunal Constitucional. A excepción de cinco regiones que gozan de una llamada «autonomía especial» (Valle de Aosta, Tirol, Friuli-Venezia Giulia, Cerdeña y Sicilia), todas las demás son autónomas desde 1970.

La Constitución también permite a todas que puedan pedir mayores competencias al Gobierno central, pero hasta ahora ninguna lo había hecho. Sin embargo, los economistas e industriales entrevistados han coincidido en estos días y con razones distintas en considerar los referéndums actuales como «inútiles», porque «constituyen solo un poco de publicidad para la Liga». «Más votos, más poder (de negociación)», confirma Maroni, admitiendo que la anterior «fase secesionista no ha funcionado». Citando cuanto sucedió en Cataluña, Matteo Salvini, actual líder de la Liga, dijo que «en Lombardía y el Véneto no habrá ni policía ni cargas contra los ciudadanos».