Todo empezó en las ciudades de Salerno y Bembrate. El pasado jueves se repitió en Campobasso, en la región de Molise, en la Italia meridional. Cuando el ministro del Interior, Matteo Salvini, llegó para un mitin electoral, de 200 balcones colgaban sábanas pintadas con proclamas como «Esta Liga es una vergüenza», «Permanezcamos humanos».

El viernes la escena se reprodujo en Nápoles y este domingo, en Milán con la acogida de Salvini para un mitin electoral con la presencia de varios cientos de sábanas colgadas. «Cuarenta y nueve millones de balcones», ha escrito la CGIL, primer sindicato del país, en referencia a los 49 millones de euros que el Supremo reclama a la Liga por ser dinero público usado para su financiación irregular. En el acto debían estar Marine Le Pen y Viktor Orban, pero han causado baja.

En su año en el Gobierno, Salvini habría estado solo 17 jornadas completas en Interior, según el diario La Repubblica, priorizando su presencia en los 211 mítines y eventos oficiales en los que se vuelca. El Tribunal de Cuentas de Lazio (Roma) analiza si ha cometido algún delito, toda vez que se desplaza a dichos actos a bordo de un bimotor estatal que cuesta 5.000 euros por hora.

Al principio, unos funcionarios alertaron a los bomberos para que descolgasen las sábanas, pero ya no dan abasto. «Invito a un café al que escriba la pancarta más irónica», bromeó Salvini, rechazando que estuviera detrás de la orden de retirada de sábanas.