Hace un año, un Vladímir Putin con índices de popularidad próximos al 80% y la segura reelección en las inminentes presidenciales se dirigió a los diputados y senadores del Parlamento ruso con un discurso inusitadamente belicoso, repleto de menciones a los avances militares de Rusia y trufado de amenazas hacia EEUU y Europa, sus rivales geopolíticos.

El líder del Kremlin adoptó ayer un tono radicalmente diferente al de hace 12 meses y centró su intervención sobre el estado de la nación en los temas sociales y en la lucha contra la corrupción, reconociendo de esta forma implícita la preocupación que existe entre la élite gubernamental ante la pérdida de popularidad de la figura presidencial registrada en las últimas encuestas. Incluso cuando abordó los principales contenciosos internacionales, como la intención de EEUU de denunciar el Tratado de Misiles de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), el máximo dirigente ruso mostró un tono contundente pero comedido en comparación con el 2018, advirtiendo a Washington de que si despliega proyectiles de media alcance en Europa, reduciendo a un puñado de minutos el tiempo en que Rusia puede ser objeto de un ataque nuclear, su país se verá obligado a desarrollar y desplegar armas atómicas que puedan golpear territorio norteamericano en un periodo de tiempo equivalente.

BATERÍA DE SUBSIDIOS / Para intentar recuperar el favor de los jubilados, el presidente conminó a los legisladores durante el actual ejercicio a aprobar ayudas monetarias para compensar por el incremento del coste de la vida, recordándoles que el montante de las pensiones deben ser indexadas de acuerdo con la inflación para que no se pierda poder adquisitivo. Además, para intentar revertir la regresión demográfica en el país, que este año ha vuelto a registrar crecimientos negativos de la población tal y como sucedía en el periodo anterior y posterior a la disgregación de la URSS, invitó a diputados y senadores a contemplar reducciones fiscales y medidas de apoyo para las familias numerosas «Creo que es posible contemplar medidas de apoyo a las familias que tengan un tercer hijo e incluso un cuarto», destacó.

En los últimos meses, en cada ocasión en que los institutos demoscópicos constataban un descenso en la aceptación popular de Putin, las autoridades quitaban hierro a los datos publicados y daban a entender que era un fenómeno pasajero que no amenazaba la estabilidad del país debido a la falta de alternativas al actual liderazgo presidencial. Las palabras del líder del Kremlin vienen a confirmar que, pese a la aparente tranquilidad, crece la inquietud entre la clase dirigente rusa.

Pese a que el grueso del discurso estuvo centrado en la política interna, en contraste con lo sucedido el pasado año, la geopolítica y en particular la intención de EEUU de abandonar el tratado INF acabó siendo el tema que más interés despertó entre los observadores. El mandatario ruso aprovechó la ocasión para acusar a Washington de haber sido el primero violar los términos del pacto y para denunciar lo que denominó como «excepcionalismo norteamericano», que en su opinión constituye una «obesión» de «algunos políticos» de EEUU. «Los mismos EEUU violan el tratado, y luego buscan una excusa y nombran a un culpable», destacó. Los cohetes de medio alcance pueden alcanzar Moscú «en 10-12 minutos, una amenaza muy seria para nosotros», alertó Putin. Y por esta razón, añadió, Rusia no solo adoptará medidas recíprocas contra aquellos países «donde se despliegue esta amenaza», sino contra los territorios (de aquellos países) «donde se radiquen los centros de toma de decisiones», en referencia a EEUU.

ALIADOS / Estas medidas -dijo Putin en su discurso- consisten en diseñar y desplegar «armas que, por sus características técnicas y tácticas, incluyendo su tiempo de vuelo (a territorio norteamericano), corresponderán por completo a las amenazas que puedan ser dirigidas hacia Rusia». Ello podría significar el envío de armas nucleares a países aliados de Moscú en el continente norteamericano.