Al menos 52 personas resultaron heridas durante diversos choques entre la policía y los manifestantes en una protesta opositora en Tiflis, informó el Ministerio de Sanidad georgiano y según la nota oficial, entre los afectados hay 38 agentes y 14 civiles.

Los medios georgianos informan a su vez que entre los heridos, hay varios periodistas que cubrían la manifestación opositora para cuya disolución las fuerzas antidisturbios recurrieron al empleo de gases lacrimógenos y balas de goma. Miles de personas se congregaron a tarde del jueves junto a la sede del Parlamento de Georgia, custodiado por la fuerzas especiales de la policía, para exigir la dimisión del presidente del Legislativo, Irakli Kobajidze.

Todo el peso de la ley

El ministro del Interior, Guiorgui Jakaria, advirtió que las fuerzas del orden emplearían todos los medios legales a su alcance en caso de que los manifestantes intentaran tomar por asalto la sede del Parlamento.

"Llamo a todo el mundo a respetar la ley. Lo que está ocurriendo aquí se llama asalto a las instituciones del Estado", dijo Jakaria después de que los manifestantes superaran un primer cordón policial y consiguieran acceder al patio del Parlamento.

El mitin fue convocado por varias formaciones opositoras para protestar por la participación de una delegación parlamentaria rusa, encabezada por el diputado Serguéi Gavrílov en la XXVI Asamblea General de la Asamblea Interparlamentaria Ortodoxa.

Ofensa rusa

El detonante de la protesta, tal y como declararon sus convocantes, fue el hecho de que el parlamentario ruso se sentó en el sillón del presidente del Parlamento georgiano durante la ceremonia de apertura del evento, lo que fue interpretado como una ofensa por la oposición. Georgia rompió relaciones diplomáticas con Rusia tras la guerra de cinco días que libraron en agosto de 2008 en la región separatista georgiana de Osetia del Sur y que concluyó con la victoria de las armas rusas.

Tras el cese de las acciones bélicas, Moscú reconoció a Osetia del Sur y a Abjasia, otra región separatista georgiana, como Estados independientes, territorios que para las autoridades de Georgia se encuentran desde entonces bajo la ocupación de Rusia.

La presidenta georgiana, Salomé Zurabishvili, criticó las acciones de los opositores georgianos y señaló que "la división de la sociedad georgiana solo le conviene ahora a Rusia". Zurabishvili agregó que los que las voces que llaman a la crispación interna, "con o sin intención de ello, están promoviendo la política de Rusia".