Estados Unidos, bajo su actual Gobierno, rechaza la idea misma de una comunidad internacional. Con estas claras palabras abrió el presidente federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, la Conferencia de Seguridad de Múnich. El jefe de Estado alemán lanzó así este viernes un claro mensaje al principal aliado transatlántico de la República Federal de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial.

La Conferencia de Seguridad que se celebra anualmente en la capital bávara se enfrenta en su actual edición a la crisis de la arquitectura internacional nacida tras la caída del Muro de Berlín y el hundimiento de la Unión Soviética, y también a la paulatina retirada de Estados Unidos como potencia hegemónica y cuya mejor expresión es la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidense en el 2017 con su lema 'América first'.

Año a año nos seguimos alejando de la meta de una colaboración internacional para conseguir un mundo en paz, dijo Steinmeier, quien antes de ocupar el actual cargo presidencial fue ministro de Exteriores por el Partido Socialdemócrata alemán y conoce bien el lenguaje diplomático y la lógica de las grandes potencias.

EXPRESIONES DE SORPRESA

Al inicio de su intervención en Múnich, Steinmeier advirtió de que sus palabras podrían alejarse un tanto de la prudencia típica del lenguaje diplomático para lanzar posteriormente dardos a varios centros de poder político y militar del planeta. Una crítica tan abierta al papel de Estados Unidos en el tablero internacional, sin embargo, no suele habitual en la política federal alemana, lo que demuestra las incómodas relaciones existentes en la actualidad entre Washington y Berlín.

Las palabras de Steinmeier incluso provocaron entre el público alguna que otra expresión de sorpresa, como por ejemplo la de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y una de las grandes críticas del presidente Trump.

Mientras la Administración Trump sigue apostando por el unilateralismo y el histrionismo diplomático, Alemania intenta hacer hincapié en la necesidad de recuperar mecanismo colectivos de seguridad internacional. La llamada conferencia internacional de Libia, celebrada el pasado enero en la capital alemana para -oficialmente- intentar dar una salida negociada a la guerra civil en el país árabe, es un ejemplo de ese intento.

CRÍTICAS A MOSCÚ Y PEKÍN

Las críticas de Steinmeier no sólo fueron dirigidas a Washington, sino también a otros dos poderes militares y políticos: Rusia, heredera del antiguo imperio soviético, y China, cuyo ascenso en las últimas décadas la convierten en aspirante a suceder a Estados Unidos como futuro poder hegemónico global.

Steinmeier acusó a Moscú de quebrantar el derecho internacional tras transformas las fronteras en Europa oriental, con mención directa a la anexión de la península de Crimea; y a Pekín, de hostigar a sus minorías nacionales. El presidente federal calificó esas actitudes de altamente peligrosas.

EL PAPEL DE LA OTAN

Uno de los temas que abordarán los participantes en la cumbre será el futuro de la OTAN, una organización mundial que nació en la Guerra Fría, sobrevivió a la caída del Muro de Berlín y que hoy se enfrenta a una auténtica crisis de identidad. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, la declaró recientemente en muerte cerebral.

Previsiblemente, Macron defenderá en Múnich nuevamente la necesidad de la fundación de un ejército europeo que permita a la Unión Europea independizarse militarmente de la tutela estadounidense. Un proyecto que, pese a las críticas en voz alta que lanza Steinmeier a su socio americano, sigue generando resistencias en Alemania.