La frontera de Brasil con Venezuela vivió el segundo día de disturbios entre antichavistas exaltados y agentes venezolanos, lo que obligó a intervenir a tropas federales brasileñas para evitar más enfrentamientos.

El intento de introducir la ayuda humanitaria en Venezuela que fracasó el sábado pasado, no se repitió y las camionetas cargadas con alimentos y medicinas permanecieron en un destacamento del Ejército brasileño en Pacaraima, que es el único paso terrestre formal entre Brasil y Venezuela.

La frontera continúa cerrada a cal y canto por orden del Gobierno de Nicolás Maduro y con cerca de medio centenar de miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) bloqueando el paso, según pudo constatar Efe. Eso no evitó que una veintena de antichavistas se volvieran a concentrar en esa zona considerada como neutral, entre los puestos fronterizos brasileño y venezolano, el mismo punto donde ayer aguardaron durante horas las camionetas de ayuda antes de volverse de nuevo a Pacaraima.

LOS DISTURBIOS

Los exaltados, algunos de los cuales iban encapuchados, empezaron a insultar a los militares venezolanos, luego quemaron una foto del fallecido presidente Hugo Chávez y prendieron fuego a un neumático.

Los agentes venezolanos no se movieron del sitio y aguantaron las provocaciones durante un buen rato. Solo reaccionaron cuando empezó a caer sobre ellos una lluvia de piedras. Fue entonces cuando se repitieron las escenas de ayer. Las fuerzas del país caribeño avanzaron unos metros y lanzaron bombas lacrimógenas contra la multitud que allí se congregaba. Allí estaban también otros 40 curiosos que salieron corriendo hacia el interior de Brasil.

Con la tensión en aumento, una quincena de integrantes de agentes de tropas federales brasileñas se desplegaron en ese punto, obligaron a retroceder a los antichavistas y montaron un cordón para evitar nuevos choques. Desde entonces, la situación en la línea divisoria es de absoluta tranquilidad. En medio de esta crisis fronteriza, tres agentes venezolanos, entre ellos dos sargentos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), han desertado y entrado a Brasil, según confirmaron a Efe fuentes castrenses.

LOS MUERTOS Y HERIDOS

Asimismo, las autoridades del gigante sudamericano negocian un acuerdo para que los alrededor de 30 camiones brasileños que se quedaron del lado venezolano de la frontera pueden regresar a su país. Por allí ya consiguieron pasar varias ambulancias con decenas de heridos de los enfrentamientos que ocurren en Venezuela para ser tratados en Brasil.

La oposición venezolana contabiliza 14 muertos y más de 20 heridos de bala en la localidad de Santa Elena de Uairén, en Bolívar, limítrofe con Brasil. El Gobierno del estado Roraima informó de que fueron tratados hasta el momento 18 heridos de arma de fuego procedentes del vecino país y como consecuencia de ese agravamiento de la crisis, decretó el "estado de calamidad" en la salud pública.

En el frente diplomático, el Gobierno brasileño expresó su "condena más vehemente" contra los "actos de violencia" perpetrados "por el régimen ilegítimo del dictador Nicolás Maduro" en las fronteras de Venezuela con Brasil y Colombia. "El uso de la fuerza contra el pueblo venezolano, que ansía poder recibir la ayuda humanitaria internacional, caracteriza de forma definitiva el carácter criminal del régimen Maduro", señaló la Cancillería de Brasil en una nota oficial.

LLAMADO A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

Brasil hizo además un llamado a la comunidad internacional "a sumarse al esfuerzo de liberación de Venezuela", reconociendo el "Gobierno legítimo" del jefe del Parlamento, Juan Guaidó, quien en enero pasado se autoproclamó presidente de ese país, y "exigiendo que cese la violencia".

Esa postura la reforzará el Gobierno de Jair Bolsonaro en la reunión del Grupo de Lima, que se celebrará en Bogotá y que contará con la presencia del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, y del propio Guaidó. La comitiva brasileña estará encabezada por el vicepresidente, el general de la reserva Hamilton Mourao; el canciller Ernesto Araújo; y el asesor de Asuntos Internacionales de la Presidencia, Filipe Martins.