En el 2014, el mundo quedó desconcertado con la desaparición del avión MH370 de Malaysia Airlines. La aeronave volaba con 239 personas a bordo, de Kuala Lumpur a Pekín, pero nunca llegó a su destino. Tampoco se encontraron nunca los restos del aparato, a pesar de una exhaustiva operación de búsqueda en las aguas del Índico en la que participaron tres países (Malasia, China y Australia), y que fue suspendida en el 2017 y retomada en enero de este año.

Sin embargo, el misterio de este Boeing 777 podría haber llegado a su fin. Un equipo de investigación que trabaja en la búsqueda del avión ha asegurado en el programa de televisión australiano '60 Minutes' que los resultados de sus pesquisas apuntan a que el capitán del MH370 evadió de forma deliberada los radares y estrelló el avión a propósito en un acto suicida.

Martin Dolan, uno de los miembros de este quipo de investigadores y el hombre que lideró las operaciones de búsqueda durante dos años, ha sentenciado que el accidente del avisón malasio "fue planeado, fue deliberado y fue orquestado en un periodo prolongado de tiempo".

Descartada la hipótesis terrorista

En declaraciones en la televisión australiana, recogidas por Newsweek, Dolan ha descartado la posibilidad de que un grupo terrorista se encontrara detrás de la desaparición del avión: "Si esto fuera un atentado, esa organización terrorista habría reclamado el episodio. Pero no ha sido así".

"Se estaba suicidando. Desgraciadamente, se estaba suicidando con todos los demás a bordo, y lo hizo de forma deliberada", ha afirmado Larry Vance, investigador canadiense de accidentes aéreos. "No hay ninguna razón para no creer que el piloto no despresurizó la cabina para incapacitar a los pasajeros" ha añadido Vance.

Evasión de radares

A través de una pantalla interactiva, Simon Hardy, piloto e instructor de Boeing 777, ha reconstruido la ruta del avión basándose en la información de los radares militares. Hardy afirma que el capitán, Zaharie Amad Shah, pilotó el avion a lo largo de la frontera entre Malasia y Tailandia, cruzando la línea fronteriza en varias ocasiones para evadir la detección desde cualquier lado. "Surtió efecto, porque sabemos que el Ejército no incerceptó el aparato", ha afirmado Hardy.

El panel de investigadores también ha rechazado la hipótesis de la Oficina de Seguridad del Transporte de Australia, que organizó las operaciones de búsqueda hasta el 2017 y que concluyó una "inmersión mortal" incontrolada.

Por contra, Hardy ha señalado que según sus averiguaciones "alguien estuvo controlando el avión hasta el final" y ha añadido que el capitán pilotó el aparato 115 millas (casi 200 kilómetros) más allá de lo que las autoridades creen, "lo que nos pone fuera del área de búsqueda que se está haciendo actualmente".

Control a los pilotos

El caso recuerda al de Germanwings, que se estrelló en los Alpes en el 2015, acabando con la vida de 150 personas que viajaban a bordo. En este caso, fue el copiloto quien orquestó el siniestro, actuando deliberadamente de forma suicida y arrastrando con él al resto de la tripulación y de los pasajeros.

El accidente de Germanwings abrió un debate sobre la necesidad de ejercer un mayor control sobre los pilotos, con propuestas como controles aleatorios de alcohol, drogas y psicofármocos o la imposición a las compañías aéreas de que hayan siempre dos personas en la cabina de mando.